Colombia.- Para muchos, pensar que un niño de 7 años desarrolle anorexia sería algo descabellado. Sin embargo, para las doctoras Juanita Gempeler y Maritza Rodríguez, directoras de Equilibrio, programa especializado en el diagnóstico y tratamiento integral de los trastornos de la conducta alimentaria, no lo es tanto, ya que anualmente atienden un promedio de cinco a seis niños de corta edad que acuden a consulta por anorexia.
"Hasta hace algunos años se presentaba a partir de los 12, pero ahora a los 7 años", dice Gempeler. Esta anorexia se conoce como prepuberal, es decir, antes de la pubertad, y se caracteriza por el rechazo voluntario a alcanzar o a mantener un peso normal acorde a su edad, talla y peso.
Un estudio realizado entre 1997 y el 2007 demostró que de 102 pacientes adultos con anorexia nerviosa, siete reportaron la enfermedad, cinco mujeres y dos hombres, desde los 7 a los 12 años. Rafael Vásquez, psiquiatra de niños y adolescentes de la Universidad Nacional, asegura que, por ejemplo, en el Hospital de la Misericordia en Colombia, se atiende aproximadamente un niño al mes (no siempre) por esta causa.
"La anorexia no es una epidemia como la obesidad o el sedentarismo. Sin embargo, en caso de presentarse, los padres pueden denotarlo en su hijo cuando baja de peso excesivamente, las uñas y la piel pierden calidad y su hijo no come o esconde la comida".
También pueden percibirlo cuando sus hijos restringen alimentos de manera progresiva y disminuyen las raciones. En algunos casos, el menor se autoinduce el vómito o hace ejercicio de manera excesiva, incluso estando por debajo del peso normal.
"El problema es que en las pacientes prepuberales se retrasa la aparición de la menarquia (primera menstruación). En ambos sexos se afecta severamente el proceso de crecimiento y desarrollo normal. Además, la malnutrición afecta todos los tejidos y órganos, lo que desencadena alteraciones cardiovasculares, deshidratación e hipotermia y se compromete el buen funcionamiento del organismo, entre otros", afirma Gempeler.
Martha Suescún, directora de la Fundación Libérate, máster en prevención y tratamiento de conductas adictivas de la Universidad de Valencia, afirma que la anorexia infantil suele detectarse en un estado avanzado, cuando el niño ya ha perdido bastante peso.
Los padres llevan a sus hijos a consulta pediátrica y de allí los remiten al psicólogo. Al bajo peso es importante asociar cambios en el comportamiento del niño: se aísla, se vuelve agresivo y tiene dificultad para relacionarse.
"Hasta hace algunos años se presentaba a partir de los 12, pero ahora a los 7 años", dice Gempeler. Esta anorexia se conoce como prepuberal, es decir, antes de la pubertad, y se caracteriza por el rechazo voluntario a alcanzar o a mantener un peso normal acorde a su edad, talla y peso.
Un estudio realizado entre 1997 y el 2007 demostró que de 102 pacientes adultos con anorexia nerviosa, siete reportaron la enfermedad, cinco mujeres y dos hombres, desde los 7 a los 12 años. Rafael Vásquez, psiquiatra de niños y adolescentes de la Universidad Nacional, asegura que, por ejemplo, en el Hospital de la Misericordia en Colombia, se atiende aproximadamente un niño al mes (no siempre) por esta causa.
"La anorexia no es una epidemia como la obesidad o el sedentarismo. Sin embargo, en caso de presentarse, los padres pueden denotarlo en su hijo cuando baja de peso excesivamente, las uñas y la piel pierden calidad y su hijo no come o esconde la comida".
También pueden percibirlo cuando sus hijos restringen alimentos de manera progresiva y disminuyen las raciones. En algunos casos, el menor se autoinduce el vómito o hace ejercicio de manera excesiva, incluso estando por debajo del peso normal.
"El problema es que en las pacientes prepuberales se retrasa la aparición de la menarquia (primera menstruación). En ambos sexos se afecta severamente el proceso de crecimiento y desarrollo normal. Además, la malnutrición afecta todos los tejidos y órganos, lo que desencadena alteraciones cardiovasculares, deshidratación e hipotermia y se compromete el buen funcionamiento del organismo, entre otros", afirma Gempeler.
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Fuente: eltiempo.com
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