La Asamblea Mundial de la Salud aprobó este lunes un Plan para la Prevención y Control de las Enfermedades No Transmisibles, como las dolencias derivadas del consumo del tabaco y del alcohol o la obesidad, responsables del 60% de las muertes en el mundo y que en Latinoamérica llega al 69 por ciento.
El plan fija nueve metas mundiales de aplicación “voluntaria” para prevenir y controlar estas enfermedades, aunque insta a los países a establecer programas nacionales para prevenir, controlar y reducir los factores de riesgos de estas dolencias, muchos de ellos derivados de malos hábitos alimenticios y falta de ejercicio.
Comportamientos no sanos que conllevan problemas cardiovasculares y pulmonares o enfermedades como la hipertensión, la diabetes o el cáncer, responsables de 36 millones de muertes al año, una cifra que podría llegar a los 55 millones en 2030 si no se frena su expansión, según la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Actualmente, 2.8 millones de personas en el mundo mueren por dolencias relacionadas con la obesidad o con trastornos vinculados a la dieta.
Por eso, la ONG Corporate Accountability International (CAI) rechaza el principio de “autorregulación” que muchas compañías de la conocida como “comida basura” promueven para escapar de la regulación oficial.
“No convertimos en agentes de seguridad a los ladrones de bancos. Entonces ¿por qué tenemos que dejar que los productores de comida basura dicten las normas?”, se preguntó John Stewart, de CAI.
La directora general de la OMS, Margaret Chan, se ha mostrado públicamente abierta a la posibilidad de colaborar con la industria alimenticia para intentar reducir la ingesta de productos nocivos para la salud, algo de lo que muchos países recelan.
“Necesitamos trabajar con todos los sectores y esperar que colaboren y se comprometan con la salud pública mundial. Ahora bien, tenemos que ser muy conscientes y estar muy vigilantes para evitar conflictos de intereses y para asegurarnos de que la industria de la alimentación hace lo que dice”, afirmó en rueda de prensa Shanthi Mendis, directora de Enfermedades No Transmisibles de la OMS.
Para Francesco Branca, director de Salud y Nutrición de la OMS, “con la industria del tabaco está claro que no vamos a colaborar, pero con la industria alimentaria debemos hacerlo, intentar que ellos reduzcan las substancias nocivas o pocos recomendables, sin tal vez tener que esperar a que se plieguen a la regulación oficial”.
El plan aprobado este lunes establece nueve metas para ser cumplidas de aquí a 2025, lo que, de lograrse, “supondría un notable progreso en la prevención y el control” de las enfermedades derivadas de los malos hábitos, según el texto.
El plan fija nueve metas mundiales de aplicación “voluntaria” para prevenir y controlar estas enfermedades, aunque insta a los países a establecer programas nacionales para prevenir, controlar y reducir los factores de riesgos de estas dolencias, muchos de ellos derivados de malos hábitos alimenticios y falta de ejercicio.
Comportamientos no sanos que conllevan problemas cardiovasculares y pulmonares o enfermedades como la hipertensión, la diabetes o el cáncer, responsables de 36 millones de muertes al año, una cifra que podría llegar a los 55 millones en 2030 si no se frena su expansión, según la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Actualmente, 2.8 millones de personas en el mundo mueren por dolencias relacionadas con la obesidad o con trastornos vinculados a la dieta.
Por eso, la ONG Corporate Accountability International (CAI) rechaza el principio de “autorregulación” que muchas compañías de la conocida como “comida basura” promueven para escapar de la regulación oficial.
“No convertimos en agentes de seguridad a los ladrones de bancos. Entonces ¿por qué tenemos que dejar que los productores de comida basura dicten las normas?”, se preguntó John Stewart, de CAI.
La directora general de la OMS, Margaret Chan, se ha mostrado públicamente abierta a la posibilidad de colaborar con la industria alimenticia para intentar reducir la ingesta de productos nocivos para la salud, algo de lo que muchos países recelan.
“Necesitamos trabajar con todos los sectores y esperar que colaboren y se comprometan con la salud pública mundial. Ahora bien, tenemos que ser muy conscientes y estar muy vigilantes para evitar conflictos de intereses y para asegurarnos de que la industria de la alimentación hace lo que dice”, afirmó en rueda de prensa Shanthi Mendis, directora de Enfermedades No Transmisibles de la OMS.
Para Francesco Branca, director de Salud y Nutrición de la OMS, “con la industria del tabaco está claro que no vamos a colaborar, pero con la industria alimentaria debemos hacerlo, intentar que ellos reduzcan las substancias nocivas o pocos recomendables, sin tal vez tener que esperar a que se plieguen a la regulación oficial”.
El plan aprobado este lunes establece nueve metas para ser cumplidas de aquí a 2025, lo que, de lograrse, “supondría un notable progreso en la prevención y el control” de las enfermedades derivadas de los malos hábitos, según el texto.
Fuente.- ferriz.com.mx
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