El análisis del exceso de peso desde una perspectiva económica justifica la inversión en prevención y una mayor atención a los sectores más desfavorecidos
La mayor preocupación relacionada con la obesidad es el sufrimiento físico y psicológico que genera en quienes padecen este trastorno, considerado ya como la nueva epidemia del siglo XXI.
Las personas con obesidad tienen una esperanza de vida más corta. En España, se estima que unas 28.000 muertes anuales (1 de cada 12 fallecimientos) son atribuibles al exceso de peso. Además de una mayor mortalidad, la población obesa registra una calidad de vida significativamente menor, por lo que requiere, como es de esperar entre quienes sufren una enfermedad, de la utilización de recursos sanitarios con mayor frecuencia y más intensidad que en el caso de las personas no obesas. Solo la asistencia sanitaria (costes directos) de la obesidad supone 30 millones de euros.
Gastos directos e indirectos de la obesidad
Las causas y consecuencias de la obesidad se han analizado desde múltiples ópticas y disciplinas. La investigación biomédica es la más comentada, pero las ciencias sociales, y entre ellas la economía aplicada, proporcionan datos útiles para justificar las inversiones en el ámbito de la promoción de la salud y la prevención de enfermedades, en este caso concreto, respecto a la obesidad.
Los estudios realizados en este ámbito revelan que los gastos económicos asociados a este trastorno y a las enfermedades con las que está relacionado son muy elevados. En el análisis se deben tener en cuenta tanto los costes directos derivados de la asistencia sanitaria, como los indirectos, asociados a la pérdida de productividad, derivada de las propias enfermedades y de la discapacidad que generan.
El coste económico
En el ámbito internacional, según datos del Banco Mundial, el gasto sanitario atribuible a la obesidad varía entre el 2% y el 8%, si bien puede llegar a alcanzar más del 12% en el caso de Estados Unidos. Este es el país que más y mejor ha estudiado las implicaciones económicas asociadas a los gastos sanitarios derivados del gran número de habitantes con obesidad. En España, según una investigación de la Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad (SEEDO), incluida en el libro blanco "Costes sociales y económicos de la obesidad y sus patologías asociadas", el exceso de peso y sus consecuencias significaban en datos extrapolados a 2002 un 7% del gasto sanitario, lo que supone 2.500 millones de euros anuales.
El exceso de peso y sus consecuencias significaban en 2002 unos 2.500 millones de euros anuales
La asistencia sanitaria (costes directos) de la obesidad es responsable de unos 30 millones de euros. A esta cifra hay que añadir el coste social ligado a la reducción de la productividad laboral, ya que las personas obesas registran menores tasas de participación laboral y perciben menores salarios que las personas con normopeso. Las bajas laborales o incapacidades serían responsables de 1.600 millones de euros.
Si se tienen en cuenta los costes derivados de las enfermedades asociadas a la obesidad, hay que sumar 900 millones más, procedentes de la diabetes (9% de los costes totales), las enfermedades cardiovasculares (22,6%), las dislipemias (2,4%) y las enfermedades musculoesqueléticas (1%). El 65% restante se debe a la obesidad en sí misma y a otras muchas patologías, como diferentes tipos de cáncer, alteraciones renales y hepáticas o el síndrome de apneas del sueño.
Menos recursos, más kilos
Numerosos estudios publicados en diferentes países en las tres últimas décadas sugieren que el nivel socioeconómico puede afectar a las personas que están en riesgo de desarrollar obesidad. El estatus sociocultural y económico afecta a las oportunidades educativas, laborales y al estilo de vida de las personas y, por lo tanto, también al acceso a determinados alimentos y a los patrones de ocio y actividad física.
Aunque el tipo de influencia de esta variable difiere según la edad, género, etnia y periodo de tiempo que se analiza, en nuestro entorno, al contrario de lo que ocurre en países en vías de desarrollo, la prevalencia de exceso de peso es mayor en los grupos socioeconómicos más deprimidos. Los últimos datos procedentes del estudio ALADINO concluyen que la obesidad infantil afecta más a las clases sociales desfavorecidas, por lo que la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y nutrición recomienda que las intervenciones educativas se dirijan a los grupos con bajo nivel de renta y estudios, con la finalidad de reducir las desigualdades en salud.
La mayor preocupación relacionada con la obesidad es el sufrimiento físico y psicológico que genera en quienes padecen este trastorno, considerado ya como la nueva epidemia del siglo XXI.
Las personas con obesidad tienen una esperanza de vida más corta. En España, se estima que unas 28.000 muertes anuales (1 de cada 12 fallecimientos) son atribuibles al exceso de peso. Además de una mayor mortalidad, la población obesa registra una calidad de vida significativamente menor, por lo que requiere, como es de esperar entre quienes sufren una enfermedad, de la utilización de recursos sanitarios con mayor frecuencia y más intensidad que en el caso de las personas no obesas. Solo la asistencia sanitaria (costes directos) de la obesidad supone 30 millones de euros.
Gastos directos e indirectos de la obesidad
Las causas y consecuencias de la obesidad se han analizado desde múltiples ópticas y disciplinas. La investigación biomédica es la más comentada, pero las ciencias sociales, y entre ellas la economía aplicada, proporcionan datos útiles para justificar las inversiones en el ámbito de la promoción de la salud y la prevención de enfermedades, en este caso concreto, respecto a la obesidad.
Los estudios realizados en este ámbito revelan que los gastos económicos asociados a este trastorno y a las enfermedades con las que está relacionado son muy elevados. En el análisis se deben tener en cuenta tanto los costes directos derivados de la asistencia sanitaria, como los indirectos, asociados a la pérdida de productividad, derivada de las propias enfermedades y de la discapacidad que generan.
El coste económico
En el ámbito internacional, según datos del Banco Mundial, el gasto sanitario atribuible a la obesidad varía entre el 2% y el 8%, si bien puede llegar a alcanzar más del 12% en el caso de Estados Unidos. Este es el país que más y mejor ha estudiado las implicaciones económicas asociadas a los gastos sanitarios derivados del gran número de habitantes con obesidad. En España, según una investigación de la Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad (SEEDO), incluida en el libro blanco "Costes sociales y económicos de la obesidad y sus patologías asociadas", el exceso de peso y sus consecuencias significaban en datos extrapolados a 2002 un 7% del gasto sanitario, lo que supone 2.500 millones de euros anuales.
El exceso de peso y sus consecuencias significaban en 2002 unos 2.500 millones de euros anuales
La asistencia sanitaria (costes directos) de la obesidad es responsable de unos 30 millones de euros. A esta cifra hay que añadir el coste social ligado a la reducción de la productividad laboral, ya que las personas obesas registran menores tasas de participación laboral y perciben menores salarios que las personas con normopeso. Las bajas laborales o incapacidades serían responsables de 1.600 millones de euros.
Si se tienen en cuenta los costes derivados de las enfermedades asociadas a la obesidad, hay que sumar 900 millones más, procedentes de la diabetes (9% de los costes totales), las enfermedades cardiovasculares (22,6%), las dislipemias (2,4%) y las enfermedades musculoesqueléticas (1%). El 65% restante se debe a la obesidad en sí misma y a otras muchas patologías, como diferentes tipos de cáncer, alteraciones renales y hepáticas o el síndrome de apneas del sueño.
Menos recursos, más kilos
Numerosos estudios publicados en diferentes países en las tres últimas décadas sugieren que el nivel socioeconómico puede afectar a las personas que están en riesgo de desarrollar obesidad. El estatus sociocultural y económico afecta a las oportunidades educativas, laborales y al estilo de vida de las personas y, por lo tanto, también al acceso a determinados alimentos y a los patrones de ocio y actividad física.
Aunque el tipo de influencia de esta variable difiere según la edad, género, etnia y periodo de tiempo que se analiza, en nuestro entorno, al contrario de lo que ocurre en países en vías de desarrollo, la prevalencia de exceso de peso es mayor en los grupos socioeconómicos más deprimidos. Los últimos datos procedentes del estudio ALADINO concluyen que la obesidad infantil afecta más a las clases sociales desfavorecidas, por lo que la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y nutrición recomienda que las intervenciones educativas se dirijan a los grupos con bajo nivel de renta y estudios, con la finalidad de reducir las desigualdades en salud.
El precio del tratamiento
Los costes asociados al tratamiento de la obesidad varían mucho en función de la opción terapéutica que el profesional pertinente considere adecuada para cada paciente. En el caso del tratamiento farmacológico, el coste anual puede rondar los 70, mientras que si es necesaria una intervención quirúrgica el precio se puede multiplicar por 100.
Mención aparte merecen los "productos milagro", considerados ineficaces y, en ocasiones, poco seguros. Estos los consumen un 80% de los españoles que quieren adelgazar, lo que asciende cada año hasta 2.050 millones de euros.
Los costes asociados al tratamiento de la obesidad varían mucho en función de la opción terapéutica que el profesional pertinente considere adecuada para cada paciente. En el caso del tratamiento farmacológico, el coste anual puede rondar los 70, mientras que si es necesaria una intervención quirúrgica el precio se puede multiplicar por 100.
Mención aparte merecen los "productos milagro", considerados ineficaces y, en ocasiones, poco seguros. Estos los consumen un 80% de los españoles que quieren adelgazar, lo que asciende cada año hasta 2.050 millones de euros.
Fuente: consumer.es
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