El tratamiemto de la obesidad y las enfermedades que se derivan de la misma no sólo afectan a las finanzas del sistema de salud sino también al bolsillo de las personas que presentan sobrepeso, ya que sus ingresos son 18% inferiores que los del resto de la población, según datos de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE), citados por el gobierno federal en la Estrategia Nacional para la Prevención y el Control del Sobrepeso, la Obesidad y la Diabetes, lanzada a finales del año pasado. De acuerdo con estos datos, una persona con sobrepeso también gasta 25% más en servicios de salud.
El 15 de octubre del año pasado se dio a conocer que el costo total de tratar enfermedades relacionadas con sobrepeso y obesidad asciende a 80 mil millones de pesos en nuestro país, el cual, ascendería a los 150 mil millones en 2017, así lo indicó Francisco Javier Fernández Clamont, Diputado del Partido Revolucionario Institucional (PRI), durante la inauguración de la exposición fotográfica “Obesidad y refrescos, el rostro de una epidemia”. La gastronomía de México, el ritmo de vida, y la situación económica que enfrentan los ciudadanos son factores que han conducido al país a obtener el primer lugar en obesidad.
La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), en su informe de 2013 “The State of Food and Agriculture ” informó que México es el país con más obesidad en el mundo, con un porcentaje de 32.8 de adultos con este problema, arriba de Estados Unidos con un 31.8%. La jornada alimentaria de un mexicano comienza regularmente con un pan dulce, luego de levantarse. Al llegar a su trabajo, probablemente ya esté pensando en comer un tamal– porque en casi todas las esquinas de nuestro país hay un puesto donde se venden– al medido día puede llegar a ingerir cualquier tipo de alimento alto en carbohidratos, como galletas o botanas. Más tarde, cuando se sienta a comer, habrá consumido una serie de grasas saturadas, que más tarde, a la hora de la cena, refrescará con un café acompañado de otro pan dulce. En un intento por frenar la epidemia, a partir de marzo de 2014 quedará prohibida la venta de alimentos chatarra en las escuelas, anunció el año pasado Pablo Kuri Morales, subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud en la Secretaría de Salud (SSA).
“Hubo una modificación del Artículo 3 Constitucional, donde claramente queda establecida la prohibición de proporcionar a los educandos alimentos que no tengan contenido adecuado nutricional; hay un término legal que vence en marzo”, dijo durante la presentación del programa “Nado x Mi Corazón 2014.
El 31 de octubre de 2013, la Cámara de Diputados aprobó un gravamen extra a los refrescos, de un peso por litro, y en la comida chatarra se impone un impuesto de 8% a la enajenación o importación de de alimentos con alta densidad calórica, entendidos como aquellos que tengan 275 kilocalorías por cada 100 gramos. La Organización Mundial de la Salud (OMS) ya había registrado en 2010 que 73. 6 por ciento de los hombres y el 73.0 de las mujeres padecen obesidad. A tres meses de que terminara el 2013, el gobierno federal lanzó la Estrategia Nacional para la Prevención y el Control del Sobrepeso, la Obesidad y la Diabetes, donde se delinearon las diversas acciones que se realizarían en el país para combatir la enfermedad que puso a México en el primer lugar como el país con más “gorditos”.
Fuente.- sinembargo.mx
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