jueves, 21 de noviembre de 2013

El peso emocional de la obesidad

La obesidad suele esconder conductas dañinas y prácticas poco saludables que deben atenderse para lograr mejores resultados en el tratamiento de la enfermedad. Sin embargo, aunque el aspecto psicológico también es parte del problema, no se toma en cuenta.

"Falta mucha información y toma de conciencia, los pacientes desligan el aspecto emocional de la obesidad", señala el psiquiatra José Castillo Ruiz.

"Pero no saben que necesitan atender factores que pueden estar alterando su apetito como el estrés, la ansiedad, la depresión y las fallas en la imagen corporal".

Las personas obesas necesitan abordar el problema de manera multidisciplinaria, y ese trabajo incluye el apoyo emocional. "No tienen que esperarse a tener repercusiones en su vida para acudir con el psiquiatra", comenta Castillo Ruiz.

El problema es que existe mucha negación por parte de los pacientes, no son conscientes de su enfermedad y mientras, se autoengañan con dietas y medicamentos que en nada los benefician.

"Es fundamental trabajar con su imagen corporal, porque ésa se queda grabada en el cerebro, y aunque se hagan una cirugía, seguirán viéndose obesos", manifiesta el director médico de psiquiatría del Hospital Christus Muguerza.

Por su parte, la psicóloga Melissa Bennett Vidales, señala que la obesidad está relacionada con diversos problemas psicológicos que la persona no ha aprendido a resolver, y la comida le sirve como válvula de escape.

"Los pacientes convierten esta válvula de escape en un círculo vicioso, el cual en un principio es difícil darse cuenta y después es difícil interrumpir", explica la terapeuta familiar.

"La obesidad siempre está relacionada a alguna problemática de vida, por lo general, cuando empiezan a ganar peso se debe a algún conflicto familiar, de pareja, económico o social, y en la comida ven una salida para canalizar su soledad, depresión, ansiedad o estrés".

Dicha salida se convierte en un bienestar temporal, pero no soluciona sus conflictos. Generalmente, el paciente se encuentra con dos problemas: el que tenía en un principio y el sentimiento de culpa por haber abusado de la comida.

"Hay quienes piensan que no necesitan apoyo psicológico o les da vergüenza pedir ayuda, pero si ya se tomó la decisión de tratar la obesidad y llevar una vida más saludable es importante identificar cuáles son los problemas que están causando los excesos en la comida y en el peso para lograr un cambio completo: externo e interno", comparte Bennett Vidales, quien enfatiza que la ayuda psicológica debe formar parte de un tratamiento integral de la obesidad.

El cambio en la forma de pensar y en adoptar hábitos más saludables es más fácil cuando el paciente cuenta con las herramientas necesarias para mejorar también su salud mental, seguridad y autoestima.

"No significa que el psicólogo resolverá el problema de obesidad, sino que trabajará junto con el paciente para que éste logre un cambio en su estructura de pensamiento que le ayude a valorar su salud física y al mismo tiempo, su salud emocional", añade la psicóloga.

Fuente.- laprensa.hn

 

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