El plátano se encuentra entre las frutas más consumidas alrededor del
mundo. Se cree que podría haber sido la primera fruta domesticada, pues
se ha encontrado evidencia arqueológica de su cultivo datando del año
8000a.C. Esta milenaria fruta esta repleta de nutrientes, siendo
especialmente rica en potasio, fibra, magnesio y vitaminas C Y B6 , por
lo que aporta numerosos beneficios a la salud.
El banano, cambur, topocho o guineo, como también se le conoce al plátano (Musa paradisiaca) favorece el corazón, pues el potasio es un electrolito mineral que mantiene la electricidad que fluye por el cuerpo, esencial para sostener los latidos del corazón. El consumo regular de plátanos protege al sistema cardiovascular de la presión arterial alta, la ateroesclerosis y accidentes cerebrovasculares (ACV).
Además, el plátano ayuda a aliviar los síntomas de la depresión y el síndrome premenstrual debido a su alta concentración de tripófano, el cual se convierte en seratonina; el neurotransmisor que mejora el estado de ánimo. Por si fuera poco, la vitamina B6 ayuda a dormir bien y el magnesio favorece la relajación muscular.
Debido a su alto contenido de fibra, los plátanos son excelentes para mantener una digestión regular. Un solo plátano aporta cerca del 10% de la fibra diaria recomendada. Es ideal para la pérdida de peso, pues al ser una fruta dulce y llenadora ayuda a alejar los antojos y mantiene los niveles de azucar en la sangre durante actividades físicas demandantes. También protege contra la diabetes tipo 2.
Al contener vitamina A, los plátanos ayudan a mantener una buena visión y sus altos niveles de calcio mantienen los huesos fuertes, protegiéndo el esqueleto. Incluso existe evidencia científica que apunta a que el consumo de esta fruta protege contra el cáncer de riñón debido a su alto contenido de antioxidantes. En 2005, un estudio encontró que las mujeres que comían plátano regularmente tenían un riesgo 40% menor de desarrollar cáncer de riñón.
Si bien el plátano aporta nuemerosos beneficios a la salud, no hay que comerlo en exceso. Varias porciones al día podrían provocar efectos secundarios como dolor de cabeza y somnolencia. Puesto que es una fruta azucarada, su abuso (junto con una mala higiene bucal) puede provocar caries.
El banano, cambur, topocho o guineo, como también se le conoce al plátano (Musa paradisiaca) favorece el corazón, pues el potasio es un electrolito mineral que mantiene la electricidad que fluye por el cuerpo, esencial para sostener los latidos del corazón. El consumo regular de plátanos protege al sistema cardiovascular de la presión arterial alta, la ateroesclerosis y accidentes cerebrovasculares (ACV).
Además, el plátano ayuda a aliviar los síntomas de la depresión y el síndrome premenstrual debido a su alta concentración de tripófano, el cual se convierte en seratonina; el neurotransmisor que mejora el estado de ánimo. Por si fuera poco, la vitamina B6 ayuda a dormir bien y el magnesio favorece la relajación muscular.
Debido a su alto contenido de fibra, los plátanos son excelentes para mantener una digestión regular. Un solo plátano aporta cerca del 10% de la fibra diaria recomendada. Es ideal para la pérdida de peso, pues al ser una fruta dulce y llenadora ayuda a alejar los antojos y mantiene los niveles de azucar en la sangre durante actividades físicas demandantes. También protege contra la diabetes tipo 2.
Al contener vitamina A, los plátanos ayudan a mantener una buena visión y sus altos niveles de calcio mantienen los huesos fuertes, protegiéndo el esqueleto. Incluso existe evidencia científica que apunta a que el consumo de esta fruta protege contra el cáncer de riñón debido a su alto contenido de antioxidantes. En 2005, un estudio encontró que las mujeres que comían plátano regularmente tenían un riesgo 40% menor de desarrollar cáncer de riñón.
Si bien el plátano aporta nuemerosos beneficios a la salud, no hay que comerlo en exceso. Varias porciones al día podrían provocar efectos secundarios como dolor de cabeza y somnolencia. Puesto que es una fruta azucarada, su abuso (junto con una mala higiene bucal) puede provocar caries.
Fuente.- muyinteresante.es
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