lunes, 18 de febrero de 2013

Va Reino Unido contra refrescos y comida rápida

La Real Academia de Médicos del Reino Unido ha propuesto subir los impuestos de los refrescos con gas y la prohibición de los anuncios de comida rápida para frenar el aumento de la obesidad en el país.

Uno de cada cuatro adultos en el Reino Unido sufre obesidad (las previsiones elevan la cifra al doble para 2050) y un tercio de los niños que terminan primaria tienen sobrepeso, según un informe realizado por la institución.

El documento alerta de la "enorme crisis" que supone para la salud nacional el alza de los niveles de sobrepeso y asegura que las medidas que se toman actualmente para combatirlo están fallando.

El presidente de la academia -que aglutina a la práctica totalidad de los médicos del Reino Unido-, Terence Stephenson, apuntó que la comida no saludable debería recibir un tratamiento equivalente al del tabaco. "Eso incluye la prohibición de los anuncios y una reducción del marketing", señaló Stephenson.

El informe recomienda aumentar los impuestos sobre las bebidas gaseosas y azucaradas hasta que el precio se incremente en un 20% para "impulsar a la gente a beber otras cosas más saludables", indicó el presidente de la institución.

Según la BBC, la Asociación Británica de Refrescos ya ha rechazado la idea de gravar con nuevas tasas estas bebidas, ya que contribuyen "sólo en un 2%" a las calorías totales de una dieta normal.

En el informe los médicos incluyen otras recomendaciones como la prohibición de los anuncios de comida con alto contenido en grasas saturadas, azúcar y sal antes de las nueve de la noche, o la reducción de los establecimientos de comida rápida cerca de los colegios.

También sugieren eliminar las máquinas expendedoras de comida en los hospitales, donde creen que los alimentos deben seguir los mismos estándares nutricionales que en el colegio, y piden un presupuesto de 100 millones de libras (116 millones de euros) para intervenciones quirúrgicas de reducción de peso.

Por su parte, el representante de la Federación de Comida y Bebida Terry Jones cree que el documento "añade poco" al debate sobre la obesidad y que las recomendaciones son "una colección de ideas desequilibradas y aparentemente influenciadas por grupos de presión".

Fuente.- elmundo.es

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