“Recomiendo al gobierno mexicano declarar emergencia nacional por la epidemia de obesidad”: Oliver de Schutter, Relator Especial de Naciones Unidas para el Derecho a la Alimentación. 20 de junio de 2011
Si bien México ocupa el primer lugar mundial en sobrepeso y obesidad infantil, el DF se puede ubicar como la ciudad del mundo con el mayor índice de sobrepeso y obesidad infantil. A pesar de ello, el Gobierno del Distrito Federal (GDF) no ha desarrollado una política integral para enfrentar este flagelo cuyas consecuencias rebasan ya la capacidad de la entidad y del gobierno federal para atender sus daños en salud. Por lo pronto, decenas de miles de personas requieren diálisis sin que el gobierno federal y el local les cubran ese servicio que está significando la crisis financiera de un número similar de familias.
Las políticas de combate a la epidemia de obesidad requieren tanto una dimensión federal como local. Prohibir la publicidad de comida chatarra dirigida a los menores, como lo sugiere la Organización Mundial de la Salud (OMS), es una decisión de orden federal, pero establecer el acceso gratuito a agua en escuelas y restaurantes es una medida local. Por lo tanto, vemos cómo gobiernos nacionales y locales en otros países están tomando medidas para combatir el sobrepeso y la obesidad, encaminadas a modificar los malos hábitos alimentarios en saludables.
Existe consenso internacional, expresado en la Estrategia Mundial sobre Régimen Alimentario, Actividad Física y Salud de la OMS, en que la estrategia debe centrarse en modificar el ambiente obesigénico, es decir, el ambiente que está provocando esta epidemia. Las medidas que se están tomando para modificar este ambiente son regulaciones que van desde prohibir la publicidad de comida chatarra dirigida a la infancia hasta prohibir el uso de regalos en la promoción de los paquetes dirigidos a niños por las cadenas de comida rápida.
Así como el tráfico se combate volviendo más difícil el uso del automóvil (pocos estacionamientos y caros, vialidades para peatones, preferencia al transporte público), el sobrepeso y la obesidad se está enfrentando impidiendo que, por ejemplo, los niños sean bombardeados por la publicidad de alimentos y bebidas no saludables y que estos productos les sean ofrecidos en las escuelas.
El problema de las regulaciones es que enfrentan el gran poder de las corporaciones alimentarias. Fue público cómo estas empresas debilitaron la regulación federal para la venta de alimentos y bebidas en las escuelas, generando la protesta de los propios expertos que habían colaborado en su elaboración.
Esa presión en contra de las regulaciones pareciera ser que también tiene peso sobre un gobierno y una Asamblea Legislativa que se ubica en la “izquierda”; si no, por qué no se han implementado regulaciones en la megaciudad con mayor sobrepeso y obesidad infantil en el mundo. Sólo pueden existir dos razones: ignorancia sobre las medidas que deben tomarse o sometimiento a los intereses de las empresas procesadoras de alimentos.
Recientemente, una agrupación de organizaciones civiles a la que hemos llamado “Consumidores” formada por Oxfam México, El Barzón, Alconsumidor y El Poder del Consumidor, presentamos al jefe de gobierno, Marcelo Ebrard, y a la ALDF, ocho propuestas para enfrentar el sobrepeso y la obesidad, que comprenden varias regulaciones. Las medidas propuestas por “Consumidores” son:
Que se garantice que en todos los restaurantes establecidos en el Distrito Federal los comensales cuenten con acceso gratuito a agua potable. Sin importar que tenga servicio de atención a las mesas o si son de autoservicio. En el caso de los establecimientos que ofrecen paquetes, también debe haber opciones que incluyan el agua potable gratuita.
Hacer obligatorio, para todas las cadenas de restaurantes con más de dos establecimientos, que ofrezcan información en sus menús con la cantidad de calorías por producto y por paquete.
Prohibir el uso de grasas trans en los restaurantes y expendios de alimentos establecidos en el Distrito Federal.
Garantizar el acceso a agua potable gratuita en todos los centros comerciales, escuelas, hospitales, cines, espacios para juegos y fiestas infantiles, ferias, centrales de autobuses y aeropuertos, así como en parques públicos.
Garantizar que los paquetes y promociones dirigidas al público infantil, que incluyen juguetes de regalo, aporten frutas y verduras.
Los paquetes dirigidos al público infantil que incluyen promociones/regalos no deben exceder el contenido calórico máximo recomendado por la Secretaría de Salud para un niño/niña en una comida.
Difundir una campaña permanente de orientación alimentaria que brinde información veraz sobre las diversas opciones y destaque tanto los beneficios de ciertos productos, como los riesgos de otros.
En diversas ciudades del mundo con índices de sobrepeso y obesidad menores a los del Distrito Federal se han desarrollado estas políticas, incluso en aquellas con gobiernos conservadores. Es el caso de la ciudad de Nueva York, donde el alcalde Michael Bloomberg ha desarrollado parte de estas políticas y algunas más.
La epidemia de sobrepeso y obesidad infantil es una expresión de la violación, por omisión del gobierno, del derecho de los niños a la salud y a una alimentación saludable.
Si bien México ocupa el primer lugar mundial en sobrepeso y obesidad infantil, el DF se puede ubicar como la ciudad del mundo con el mayor índice de sobrepeso y obesidad infantil. A pesar de ello, el Gobierno del Distrito Federal (GDF) no ha desarrollado una política integral para enfrentar este flagelo cuyas consecuencias rebasan ya la capacidad de la entidad y del gobierno federal para atender sus daños en salud. Por lo pronto, decenas de miles de personas requieren diálisis sin que el gobierno federal y el local les cubran ese servicio que está significando la crisis financiera de un número similar de familias.
Las políticas de combate a la epidemia de obesidad requieren tanto una dimensión federal como local. Prohibir la publicidad de comida chatarra dirigida a los menores, como lo sugiere la Organización Mundial de la Salud (OMS), es una decisión de orden federal, pero establecer el acceso gratuito a agua en escuelas y restaurantes es una medida local. Por lo tanto, vemos cómo gobiernos nacionales y locales en otros países están tomando medidas para combatir el sobrepeso y la obesidad, encaminadas a modificar los malos hábitos alimentarios en saludables.
Existe consenso internacional, expresado en la Estrategia Mundial sobre Régimen Alimentario, Actividad Física y Salud de la OMS, en que la estrategia debe centrarse en modificar el ambiente obesigénico, es decir, el ambiente que está provocando esta epidemia. Las medidas que se están tomando para modificar este ambiente son regulaciones que van desde prohibir la publicidad de comida chatarra dirigida a la infancia hasta prohibir el uso de regalos en la promoción de los paquetes dirigidos a niños por las cadenas de comida rápida.
Así como el tráfico se combate volviendo más difícil el uso del automóvil (pocos estacionamientos y caros, vialidades para peatones, preferencia al transporte público), el sobrepeso y la obesidad se está enfrentando impidiendo que, por ejemplo, los niños sean bombardeados por la publicidad de alimentos y bebidas no saludables y que estos productos les sean ofrecidos en las escuelas.
El problema de las regulaciones es que enfrentan el gran poder de las corporaciones alimentarias. Fue público cómo estas empresas debilitaron la regulación federal para la venta de alimentos y bebidas en las escuelas, generando la protesta de los propios expertos que habían colaborado en su elaboración.
Esa presión en contra de las regulaciones pareciera ser que también tiene peso sobre un gobierno y una Asamblea Legislativa que se ubica en la “izquierda”; si no, por qué no se han implementado regulaciones en la megaciudad con mayor sobrepeso y obesidad infantil en el mundo. Sólo pueden existir dos razones: ignorancia sobre las medidas que deben tomarse o sometimiento a los intereses de las empresas procesadoras de alimentos.
Recientemente, una agrupación de organizaciones civiles a la que hemos llamado “Consumidores” formada por Oxfam México, El Barzón, Alconsumidor y El Poder del Consumidor, presentamos al jefe de gobierno, Marcelo Ebrard, y a la ALDF, ocho propuestas para enfrentar el sobrepeso y la obesidad, que comprenden varias regulaciones. Las medidas propuestas por “Consumidores” son:
Que se garantice que en todos los restaurantes establecidos en el Distrito Federal los comensales cuenten con acceso gratuito a agua potable. Sin importar que tenga servicio de atención a las mesas o si son de autoservicio. En el caso de los establecimientos que ofrecen paquetes, también debe haber opciones que incluyan el agua potable gratuita.
Hacer obligatorio, para todas las cadenas de restaurantes con más de dos establecimientos, que ofrezcan información en sus menús con la cantidad de calorías por producto y por paquete.
Prohibir el uso de grasas trans en los restaurantes y expendios de alimentos establecidos en el Distrito Federal.
Garantizar el acceso a agua potable gratuita en todos los centros comerciales, escuelas, hospitales, cines, espacios para juegos y fiestas infantiles, ferias, centrales de autobuses y aeropuertos, así como en parques públicos.
Garantizar que los paquetes y promociones dirigidas al público infantil, que incluyen juguetes de regalo, aporten frutas y verduras.
Los paquetes dirigidos al público infantil que incluyen promociones/regalos no deben exceder el contenido calórico máximo recomendado por la Secretaría de Salud para un niño/niña en una comida.
Difundir una campaña permanente de orientación alimentaria que brinde información veraz sobre las diversas opciones y destaque tanto los beneficios de ciertos productos, como los riesgos de otros.
En diversas ciudades del mundo con índices de sobrepeso y obesidad menores a los del Distrito Federal se han desarrollado estas políticas, incluso en aquellas con gobiernos conservadores. Es el caso de la ciudad de Nueva York, donde el alcalde Michael Bloomberg ha desarrollado parte de estas políticas y algunas más.
La epidemia de sobrepeso y obesidad infantil es una expresión de la violación, por omisión del gobierno, del derecho de los niños a la salud y a una alimentación saludable.
Fuente: www.elsemanario.com.mx
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