domingo, 11 de noviembre de 2012

La insana vida de las modelos

Cuando salga a la calle cuente la cantidad de anuncios en edificios o marquesinas donde una bella (y muy delgada) modelo anuncia desde yogures a colonia. Además, si estos días abre el periódico o ve la televisión es posible que se encuentre con los 'ángeles' de Victoria's Secret, alguna de las cuales anuncia en internet o entrevistas sus insanas dietas para antes del desfile.

Estos son sólo dos ejemplos de las palabras de Susan Ringwood, directora ejecutiva del grupo de trastornos alimenticios Beat (Reino Unido), que explica que en la sociedad occidental "estamos expuestos a cerca de 2.000 imágenes al día, muchas de las cuales son anuncios protagonizados por cuerpos que están más delgados que el promedio de la gente normal".

Tanto Ringwood como Lynda Boothroyd, doctora del departamento de Psicología de la Universidad de Durham, entran con estudio en mano, y desde las páginas de la revista 'PLOS One', en el debate sobre los modelos que medios de comunicación y publicistas enseñan, especialmente, a las más jóvenes. Los resultados vuelven a ser claros: "Los medios de comunicación bombardean constantemente a la población con celebridades y modelos muy delgadas, lo que influye en las aspiraciones de las preadolescentes y mujeres que pueden terminar en una actitud poco saludable para su cuerpo intentando emularlas, por lo que aumenta el culto al cuerpo, sobre todo, al cuerpo más delgado", explica en las páginas de 'PLOS One', pero para ambas, "esto puede ser fácil de solucionar".

Dieta visual

En un estudio preliminar les preguntaron a más de 100 mujeres por sus preferencias corporales y se las dividió en dos grupos para enseñarles diferentes series de fotografías. En una de estas series se intercalaban diversas fotografías de mujeres de catálogos y otras de féminas normales, mientras que en un segundo grupo sólo se mostraban las mujeres de anuncio.

La doctora Boothroyd encontró que aquellas que habitualmente prefieren cuerpos delgados estaban significativamente menos interesadas en cuerpos de tallas reducidas después de haber visto fotografías de personas de mayor tamaño. Por el contrario, aquellas a las que se les mostró sólo modelos delgadas aumentaron su predilección por los cuerpos delgados.

"La delgadez es abrumadoramente idolatrada especialmente en el mundo Occidental y el sobrepeso está estigmatizado en su mayoría. Los resultados encontrados nos llevan a sugerir que las imágenes de chicas superdelgadas son una causa importante de que muchas mujeres, especialmente las más jóvenes, no se sientan satisfechas con su físico", señala la doctora Boothroy. Así, los autores han descubierto que el peso ideal de muchas mujeres está en buena parte relacionado con lo que ven: "Es lo que nosotros llamamos 'dieta visual', las preferencias por un cuerpo de una determinada talla pueden ser la consecuencia de la exposición intensa a imágenes de otras mujeres o el aprendizaje de que un cierto tipo de cuerpo se asocia a las metas a las que se aspiran. El problema es que muchas veces esto puede llevar a problemas tan serios como la anorexia o la bulimia", comentan.
 
¿Efectos duraderos?

Para combatir posibles problemas, las autoras señalan la necesidad de que "los modelos utilizados sean personas con un peso normal, con tallas mayores, y saludables, más acordes con la realidad", aseguran. "Aunque todavía tenemos que investigar más este punto, si revertimos el proceso y mostramos modelos 'reales' es muy posible que los actuales efectos se minimicen".

Para el doctor Alfonso Chinchilla, jefe del servicio de Psiquiatría del Hospital Ramón y Cajal de Madrid, el cambiar los modelos de los anuncios supone una buena medida, aunque sólo ataca una parte del problema. "En una sociedad consumista y donde la apariencia importa, como es la sociedad en la que vivimos, la delgadez suele estar relacionada con la buena salud y la clase social. Vemos a alguien con sobrepeso y pensamos en problemas con el colesterol o en su corazón. Vemos a alguien delgado y creemos que por esto no se va a morir, que no pasa nada".

Fuente.- elmundo.es

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