sábado, 14 de diciembre de 2013

El running como estilo de vida

El escritor uruguayo Marciano Durán perfila con cada palabra a los que, como él, disfrutan ser runners:

“Esos locos que corren. Yo los conozco. Los he visto muchas veces. Son raros. Algunos salen temprano a la mañana y se empeñan en ganarle al sol. Otros se insolan al mediodía, se cansan a la tarde o intentan que no los atropelle un camión por la noche. Están locos. En verano corren, trotan, transpiran, se deshidratan y finalmente se cansan… sólo para disfrutar del descanso. En invierno se tapan, se abrigan, se quejan, se enfrían, se resfrían y dejan que la lluvia les moje la cara. Yo los he visto…”

Orgullosos adictos a la energía que produce el cuerpo con cada kilometro recorrido, aunque pocos entiendan el sentido de una cita cotidiana con los tenis, el viento frío y un playlist. Cada vez son más.

Las sonrisas fatigadas detonan la curiosidad por un estilo de vida que parece convertirse en “fiebre”. Algunos inician por la necesidad de perder peso o liberar el estrés y encuentran camino en este deporte; pronto las postales de personas entrenando toman las avenidas y áreas verdes en las primeras horas del día o con la puesta del sol para reencontrarse con una pasión.

Un cambio de vida que tiene como principales beneficios: el fortalecimiento de los músculos, la mejora de la frecuencia cardíaca y el aumento de la capacidad pulmonar. Pero suele convertirse en el tiempo perfecto para “ordenar el mundo” al ritmo de la música seleccionada.

Sin embargo, el running no se reduce a atarse las agujetas y entregarse a la aventura, la práctica debe obedecer a una asesoría especializada, el calzado adecuado y sobre todo, una gran dosis de paciencia. Las caminatas o trotes ligeros son el inicio perfecto para quienes quieren ser runners, de a poco el entusiasmo se traduce en nuevos hábitos, mejor condición física y hasta buen humor.

Fuente.- laciudaddeportiva.com

 

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