jueves, 15 de agosto de 2013

Crisis favorece a la obesidad

Entrevista con José María Ordovás, catedrático de Nutrición, pionero y uno de los mejores especialistas en nutrigenética y nutrigenómica, galardonado con el Hipocrates 2013 en España.

Señor Ordovás, ¿engorda la crisis?

La crisis favorece la obesidad. La gente come alimentos más baratos y con calorías vacías. Sin embargo, la obesidad esta en el cerebro, al menos en gran parte. Hay decenas de genes relacionados con el aumento de peso, pero con educación se pueden domar y evitar esa obesidad. No hablo de riqueza sino de educación para impedir que esos genes se manifiesten. El estado de ánimo, estar a gusto con la vida, es también importante para luchar contra ese sobrepeso.

¿Entonces es cierto que la ansiedad engorda?

Cuando se produce un desequilibrio del estado hormonal se tiende a acumular más grasa. Comiendo lo mismo, una persona ansiosa engorda más. En ese almacenamiento o gasto de calorías influye también cuando comes y el cuidado de la flora bacteriana que alimentamos cuando ingerimos alimentos. El estrés y dormir poco y mal también son grandes impulsores de la obesidad y además de un sobrepeso asociado con riesgo de enfermedad. Nuestra predisposición genética también influye en el peso, por supuesto.

¿Quiere decir que si nacemos gordos será difícil desarrollarnos delgados?

Estamos programados genéticamente, pero mientras que la programación para ser rubios o morenos o el color de los ojos se expresa y ya está, en el caso de la obesidad, con la excepción de un pequeño numero de personas, solo nacemos predispuestos pero no predeterminados. Lo que hagamos con nuestra vida, lo que la madre hace durante el embarazo e incluso lo que los padres hacen antes de la concepción influye sobre esa predisposición.

¿Hacemos las comidas demasiado tarde los españoles?
 
No. Nuestros horarios de comida están adaptados al ritmo solar. Sin embargo, fallamos desde hace muchos años en el desayuno. Ya se sabe lo que dice el refrán: "Desayuna como un rey, come como un príncipe y cena como un mendigo". La cena debe de ser una o dos horas antes de acostarse. En España no hay un desayuno clásico y estructurado en el que se consuman entre el 25 y el 30 por ciento de las calorías que necesitamos en todo el día. Y hay que tomar lácteos.
Pues la fama nutricional de los productos lácteos y, sobre todo, de la leche no pasa por su mejor momento.
En cada momento de la historia reciente se ha buscado a alguien que pague el pato: las grasas, los huevos y ahora la leche, a pesar de ser uno de los alimentos más completos que existen.

Pues no se ve a muchos adultos con un vaso de leche en la mano

Por una razón cultural. En Holanda, por ejemplo, la bebida normal durante las comidas no es el agua o el vino como en España pero sí lo es la leche. Que yo sepa los holandeses no se caracterizan por su obesidad, especialmente porque además utilizan la bicicleta para trasladarse y quemar las calorías.

Así que no hay motivos para retirar los lácteos de una dieta óptima. ¿Qué me dice de la carne?

Solo en los casos de algún tipo de alergia o intolerancia. Carne y lácteo pueden ser parte de una dieta perfectamente sana. El homo sapiens llegó a desarrollar el cerebro que le caracteriza cuando comenzó a comer carne y además a aumentar su digestibilidad mediante el cocinado. Por el contrario, la revolución agrícola trajo un retroceso físico al humano que solo parecía estar compensado en aquellos que podían consumir leche durante toda la vida.

¿Somos, en definitiva, lo que comemos?

Cada vez nos damos mas cuenta de que efectivamente somos lo que comemos. No solo es a través de la genética, sino también a través de la epigenética, pero además de nuestra flora bacteriana.

Fuente.- farodevigo.es

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario