miércoles, 21 de octubre de 2015

La falta de ejercicio provoca más muertes que la obesidad

No hacer ejercicio duplica las muertes que provoca la obesidad. Es la indiscutible conclusión del último estudio llevado a cabo por la Unidad de Epidemiología de la Universidad de Cambridge (Reino Unido) y que recoge la revista científica American Journal of Clinical Nutrition.

Para su investigación, los expertos contaron con la participación de 334.161 hombres y mujeres europeos con objeto de medir la relación entre la inactividad física y la muerte prematura y su posible vinculación con la obesidad y el sobrepeso. Para ello, analizaron los datos de todos los participantes midiendo, durante un promedio de 12 años, su altura, peso y circunferencia de la cintura, así como sus niveles de actividad física.

Una vez comparados los resultados y clasificando al 22,7% de los participantes como inactivos (nula actividad física), los científicos descubrieron que la falta de ejercicio (vida sedentaria) había provocado el doble de muertes que la obesidad y que la relación del índice de masa corporal (IMC) con la muerte prematura era completamente independiente.

Lo positivo que podemos extraer del estudio es que basta un ejercicio moderadamente activo para cambiar las tornas: caminar unos 20 minutos al día puede ser suficiente para reducir el riesgo de muerte temprana hasta en un 30%. El impacto de este cambio de rutina fue más apreciable entre las personas con un peso normal, pero también se produjo en aquellos voluntarios con un IMC mayor.

“Hay un mensaje sencillo: basta con una pequeña cantidad de actividad física cada día para que las personas físicamente inactivas obtengan importantes beneficios para su salud. Aunque se encontró que solo 20 minutos de caminata marcarían una diferencia, realmente deberíamos estar intentado hacer más porque la actividad física tiene muchos beneficios para la salud y debe ser una parte importante de nuestra vida cotidiana”, aclara Ulf Ekelund, líder del estudio.

Fuente.- muyinteresante.es

domingo, 20 de septiembre de 2015

Relacionan tumores cerebrales con obesidad

Los tumores cerebrales de carácter maligno son muy difíciles de combatir y, en la mayoría de los casos, los médicos desconocen las causas que los han motivado, debido también a que existen más de 120 variedades. Ahora, un nuevo estudio desarrollado por la Universidad de Regensburg (Alemania) sugiere que tanto el sobrepeso como la obesidad pueden contribuir al desarrollo de algunos tipos de tumores cerebrales.

Los científicos se centraron en dos variedades de tumores primarios, los gliomas (que representan el 33% de los tumores) y los meningiomas (30%), los más comunes entre los adultos. En el 85% de los casos, ambos suelen ser benignos. Sin embargo, el 15% restante es maligno y de rápido crecimiento, con metástasis en el cerebro.

El equipo de investigadores realizó un meta-análisis de 18 estudios relativos a este tema, enfocando su atención en un total de 6,039 casos (con sendos tumores cerebrales, 2.982 casos de meningioma y 3.057 casos de glioma) donde compararon el índice de masa corporal (IMC) y la actividad física de todos los pacientes. Los resultados fueron reveladores: las personas con sobrepeso (IMC de 25 a 29,9) fueron un 21% más propensas a desarrollar un meningioma; las personas obesas (con un IMC de 30 o más) tenían un 54% más de riesgo de desarrollar este tumor cerebral, en comparación con las personas con un peso corporal normal (con un IMC por debajo de 24,9).

Respecto a la actividad física, aquellos que eran realizaban más ejercicio eran un 27% menos propensos a tener un meningioma que los que realizaban poca actividad física. En cuanto a los gliomas, los expertos no encontraron relación entre el exceso de peso y el aumento del riesgo.

“Dada la alta prevalencia de la obesidad y el pronóstico desfavorable para este tipo de tumor, estos resultados pueden ser relevantes para las estrategias dirigidas a reducir el riesgo de meningioma”, explica Gundula Behrens, líder del trabajo.


miércoles, 22 de julio de 2015

El gran engaño de los cereales

Parecen un alimento sano: en sus cajas informan de que contienen hierro, vitamina B12, vitamina D, vitamina E y ácido fólico, entre otros. Sin embargo, múltiples nutricionistas claman contra ellos: tienen demasiado azúcar y sus bondades no son naturales, sino añadidas. Quizá su máximo exponente sean los Corn Flakes de Kellogg’s por su historia, por su amplia presencia y, sobre todo, por ser buque insignia. Son un clásico. Tal es su aceptación que ya se ha olvidado su origen comercial: el de comida rápida.

El doctor John Harvey Kellogg y su hermano Will Keith Kellogg inventaron los cereales por casualidad en 1894 y pronto se popularizaron entre los pacientes del sanatorio que dirigían. Por ello, en 1906 crearon una empresa para comercializarlos. Eso sí, para asegurarse el éxito, introdujeron algo de azúcar en la receta, que con los años fue en aumento. «Los cereales para el desayuno pronto comenzaron su descenso hacia la tierra baldía nutricional de los cereales azucarados modernos, realizando esfuerzos de marketing dirigidos a los primeros niños del “baby boom” después de la Segunda Guerra Mundial», asegura Heather Arndt Anderson en su libro «Breakfast: A History (The Meals Series)».

Su avance fue imparable: no sólo satisfacía el gusto de los más pequeños —los cereales de General Mills llegaron a tener un 46% de azúcar en 1954, según el experto Andrew F. Smith— , sino que gracias al márketing y a las cambios sociales —la mujeres entraron en el mercado laboral— todos los factores parecían favorecer su trayectoria.

A partir de los años 30, las empresas de cereales empezaron a crear «mascotas» divertidas para los anuncios y en 1946, Kellogg’s también comenzó a regalar junto con los cereales pequeños juguetes de plástico para así captar la atención de los más pequeños. En pleno «baby boom» en EE.UU., tras la Segunda Guerra Mundial y con las madres entrando en el mercado de trabajo —y, por tanto, con menos tiempo—, los cereales se convirtieron en el sustituto de un desayuno variado y nutritivo. En la actualidad, el 90 por ciento de los niños estadounidenses toman cereales para desayunar, aunque la concienciación social y las organizaciones de consumidores han empujado a las empresas a reducir los azúcares, enriquecer con vitaminas y minerales el producto o buscar fórmulas que, no obstante, siguen sin convencer a todos.

Fuente.- abc.es