viernes, 4 de enero de 2013

La batalla contra la Obesidad en EEUU

Los estadounidenses consideran que la epidemia de obesidad en la nación es azuzada por el hecho de que pasan demasiado tiempo ante el televisor e ingieren comida rápida barata, halló una encuesta, pero se muestran divididos en torno a qué tanto debería hacer el gobierno para reducirla.

La mayoría se muestran renuentes a aceptar las políticas que intentarían forzar a la población a comer alimentos más saludables al establecer límites en las opciones a elegir, de acuerdo con el sondeo efectuado por The Associated Press y el Centro NORC para la Investigación de Asuntos Públicos.

Una tercera parte de la gente dice que el gobierno debería estar profundamente involucrado en encontrar formas para disminuir la obesidad, al tiempo que una proporción similar desea que desempeñe un papel reducido o ninguno. El resto se encuentra en algún punto a la mitad de ambas opiniones.

¿Requerir más actividad física en las escuelas, o proporcionar directrices nutricionales para ayudar a la gente a tomar mejores decisiones? Desde luego, ocho de cada 10 personas respaldan esos pasos. ¿Hacer que los restaurantes pongan el conteo de calorías en sus menús, como se apresta a hacerlo la Administración de Alimentos y Medicinas? Aproximadamente el 70% de la gente piensa que es buena idea.

"Es un primer paso", dijo Jadijah Al-Amin, de 52 años, de Coatesville, Pensilvania. "El contenido de grasa debería ser colocado en letras rojas, no sólo como un dato más. De la misma forma en que avisan que algo es venenoso, de manera que cuando uno lo ve, queda completamente al tanto".

Pero casi seis de cada 10 personas encuestadas se oponen a aplicar impuestos a los alimentos no saludables, conocidos como gravámenes a las sodas o a la grasa.

Y cuando se trata de restringir qué es lo que la gente puede comprar - como la reciente prohibición en la ciudad de Nueva York a la venta de sodas de gran tamaño en restaurantes - tres cuartas partes de las personas se oponen completamente.

"El prohibir las bebidas azucaradas es algo tonto, simple y llanamente", dijo Keith Donner, de 52 años, de Miami, quien prefiere que se le enseñe a los escolares a comer mejor y hacer ejercicio.

"La gente simplemente debería ver lo que le hace daño y decir: `Eso no es para mí'. Creo que empieza cuando son jóvenes y están en la escuela", agregó.

De hecho, aunque tres cuartas partes de los estadounidenses consideran que la obesidad es un grave problema de salud en la nación, la mayoría de los encuestados dicen que hacer frente a ello depende de cada individuo.

Sólo una tercera parte considera que la obesidad es un problema de la comunidad en cuya solución deberían participar los gobiernos, las escuelas, los proveedores de servicios de salud y la industria de los alimentos. El 12% dijo que para combatirla se requiere el trabajo tanto de los individuos como de la comunidad.

El sondeo AP-Centro NORC se llevó a cabo del 21 de noviembre al 14 de diciembre. Consistió en entrevistas vía teléfonos fijos y celulares a 1.011 adultos a nivel nacional y tiene un margen de error en la muestra de más o menos 4,2 puntos porcentuales.

Fuente.- Telemundo52.com

jueves, 3 de enero de 2013

Cristiano Ronaldo promoverá ejercicio y alimentación sana

El futbolista del Real Madrid y capitán de la selección nacional de fútbol de Portugal, Cristiano Ronaldo, será durante este año 2013 el nuevo Embajador Global de Save the Children que, entre otras misiones, persigue combatir el hambre y la obesidad infantil así como promover el ejercicio y una alimentación sana.
 
"Cuando supe que uno de cada siete niños en el mundo se va a la cama con hambre todas las noches no dudé en involucrarme", ha confesado el futbolista, que ha destacado "el honor" que supone unirse a Save the Children "para garantizar que menos padres tengan que luchar para alimentar de forma adecuada a sus hijos", además de "animar a los chavales para que salgan de sus casas, estén activos y sanos".

Cristiano --que se suma de este modo a una lista de destacados Embajadores entre los que se encuentran Jennifer Connelly, Jennifer Garner, Randy Jackson o Julianne Moore-- ha insistido en la importancia de que "todos los niños y niñas" tengan la oportunidad de tener una vida saludable, una preocupación que también comparte "como padre".

Por su parte, el director de Save the Children, Alberto Soteres, ha mostrado su satisfacción ante el hecho de que "un jugador de tan alto nivel" esté trabajando con la ONG. "Muchos niños y niñas en todo el mundo ven a Cristiano como un modelo a seguir para una vida sana y para mantenerse en forma", ha subrayado.
 
"Cada día que pasa sin que un niño se alimente de forma saludable, su crecimiento y su desarrollo se ven afectados negativamente", ha añadido Soteres, que ha reiterado la necesidad de "llegar a estos niños y niñas antes de que esto ocurra y antes de que tomen como hábito elegir opciones poco saludables".
 
El año pasado, Save the Children llegó a más de 85 millones de menores en los casi 120 países en los que tiene programas para ayudar a los más pequeños a sobrevivir y alcanzar su potencial. Así, para erradicar el hambre infantil, Save the Children ayuda a las familias a cubrir las necesidades nutricionales básicas de sus hijos a través de un mejor acceso a comida saludable o mejores prácticas agrícolas, además de trabajar para incrementar el acceso de los pequeños a la actividad física, con educación nutricional y alimentación saludable para afrontar la obesidad infantil.

Fuente.- Europapress.es

miércoles, 2 de enero de 2013

Fructuosa, posible culpable de la obesidad

Un grupo de científicos usó imágenes tomadas por resonancia magnética para demostrar por primera vez que la fructuosa, un tipo de azúcar cada vez más común en la dieta estadounidense, puede provocar cambios en el cerebro que podrían llevar a comer en exceso.

Después de tomar una bebida endulzada con fructuosa el cerebro no estimula la sensación de saciedad como lo hace cuando se consume glucosa simple, según los investigadores.

El estudio es pequeño y no demuestra que la fructuosa, o su pariente, el jarabe de maíz alto en fructuosa, pueden causar obesidad, pero los expertos señalan que agrega evidencia de que podrían influir en ello. Estos azúcares suelen ser agregados a los alimentos y bebidas procesados, y su consumo ha aumentado exponencialmente desde la década de 1970, al igual que la obesidad. Una tercera parte de los niños y adolescentes y más de dos terceras partes de los adultos estadounidenses son obesos o tienen sobrepeso.

Los azúcares son diferentes, incluso aunque contienen la misma cantidad de calorías, porque se metabolizan de diferente manera en el cuerpo. El azúcar blanco se llama sacarosa, tiene mitad de fructuosa y mitad de glucosa. El jarabe de maíz de alta fructuosa tiene 55 por ciento de fructuosa y 45 por ciento de glucosa. Algunos expertos en nutrición señalan que este endulzador podría representar riesgos especiales, pero otros y la industria alimenticia rechazan esa afirmación. Los médicos simplemente dicen que comemos demasiada azúcar en todas sus formas.

Para el estudio los científicos usaron imágenes tomadas por resonancia magnética (MRI por sus siglas en inglés) para revisar el flujo sanguíneo en el cerebro en 20 personas jóvenes con peso normal antes y después de que consumieran bebidas con glucosa o fructuosa durante dos sesiones, con varias semanas de diferencia.

Las imágenes captadas mostraban que beber glucosa “apaga o suprime la actividad de las zonas del cerebro que son cruciales para el apetito y la saciedad por los alimentos”, dijo uno de los líderes del estudio, el médico endocrinólogo de la Universidad de Yale Robert Sherwin. Con la fructuosa “no vemos esos cambios”, dijo. “Como resultado el deseo de comer continúa, no se apaga”.

Lo que es convincente, dijo el doctor Jonathan Purnell, endocrinólogo en la Universidad de la Salud y la Ciencia de Oregon, es que las imágenes demuestran lo hambrienta que dijo sentirse la gente, al igual que los estudios previos realizados con animales.

“Eso implica que la fructuosa, al menos lo que corresponde a promover la ingesta de alimentos y el aumento de peso, es un factor negativo en comparación con la glucosa”, dijo Purnell, quien escribió un comentario que acompaña el estudio realizado con fondos federales en el Journal of the American Medical Association que se publica el miércoles.

Los investigadores ahora estudian a la gente obesa para ver si reaccionan igual a la fructuosa y a la glucosa que como lo hizo la gente con un peso normal en el estudio.

Lo que se recomienda es cocinar más en casa y limitar los alimentos procesados que incluyen fructuosa y jarabe de maíz con alta fructuosa, sugirió Purnell. “Traten de evitar las bebidas endulzadas, esto no significa que nunca las puedan tomar”, pero sí que se debe controlar su ración y la frecuencia con la que se consumen, dijo.



Fuente.- elnuevoherald.com