jueves, 6 de septiembre de 2012

Hallan elementos comunes entre anorexia y obesidad

Investigadores del Instituto de Investigación Biomédica en Red-Fisiopatología de la Obesidad y la Nutrición, del Instituto de Investigación Biomédica de Bellvitge y de la Universidad de Barcelona, han encontrado que pacientes con situaciones extremas de peso, como anorexia nerviosa y obesidad, pueden compartir ciertas correlaciones neurobiológicas, relacionadas con las vías de la recompensa y los circuitos neuronales asociados a la comida.

"Este es el primer estudio que compara el perfil de las funciones ejecutivas de los grupos con condiciones extremas de peso empleando medidas validadas de toma de decisiones, inhibición de respuesta e impulsividad", ha señalado el investigador principal del análisis, el doctor Fernando Fernández-Aranda.

Así, los grupos con condiciones extremas de peso pueden compartir factores de riesgo biológicos y fenotipos neurocognitivos, como la disfunción ejecutiva, caracterizada por alteraciones en la capacidad de tomar decisiones, inhibir respuestas no adecuadas y mostrar flexibilidad cognitiva, señala el estudio, publicado en la revista 'PLoS ONE'.

En concreto, los estudios de neuroimagen indican que las alteraciones en los circuitos de la dopamina están implicadas en algunos comportamientos alimentarios y en el abuso de drogas. Según los autores, comer en exceso es una señal de una disparidad entre los circuitos relacionados con la motivación y la recompensa, y aquellos implicados en la respuesta de inhibición.

De esta forma, la ingestión de cantidades elevadas de alimentos en personas vulnerables puede perturbar el equilibrio entre circuitos, aumentando el valor de refuerzo de la alimentación y disminuyendo la actividad de los circuitos relacionados con el control y la inhibición, lo que podría resultar en un comportamiento impulsivo y una ingestión alimentaria compulsiva.

MAYOR IMPULSIVIDAD EN OBESOS

Por un lado, la anorexia nerviosa se asocia con alteraciones atencionales y en el funcionamiento ejecutivo, principalmente en la toma de decisiones. Además, se ha observado una elevada impulsividad en sujetos obesos que corrobora un perfil ejecutivo disfuncional en la obesidad.

En este sentido, los sujetos impulsivos muestran limitaciones en el aprendizaje de las asociaciones adecuadas entre recompensa y castigo. Como consecuencia, tienen una capacidad reducida para retrasar la gratificación, mostrando una impulsividad caracterizada por comer en exceso y aumentar de peso.

"Nuestros resultados no sólo confirman la hipótesis de que las personas obesas tienen dificultades para inhibir una conducta automática o dominante, sino que también apuntan a la impulsividad y las dificultades en la inhibición de respuestas como un rasgo distintivo en el perfil ejecutivo de la obesidad en el marco de las condiciones extremas de peso", ha explicado el investigador principal.

Por otra parte, el comportamiento de los pacientes con anorexia nerviosa es rígido y obsesivo, con una elevada resistencia a los cambios, en contraste con los sujetos obesos.

De acuerdo con este estudio, en el que han participado mujeres con edades comprendidas entre los 18 y los 60 años, el tratamiento, tanto para pacientes con anorexia nerviosa como con obesidad, debe centrarse en los problemas de autocontrol, conductas impulsivas o el déficit de toma de decisiones característicos de estos trastornos.

Fuente.- europapress.es
 

miércoles, 5 de septiembre de 2012

6 de cada 10 mexicanos, no hacen ejercicio

En México, cuatro de cada 10 personas se preocupan y les gusta mantenerse en forma, revelan dos estudios elaborados por la empresa Kantar Worldpanel.

La firma de investigación de mercado explicó que durante la elaboración de los estudios se detectó cuatro grupos en cuanto a estar en forma. Los ejes van del más sedentario al deportista y del que cuida mucho su alimentación a quien come de todo.

El estudio también reveló que la tercera parte de hombres y mujeres practica algún deporte una vez a la semana. De los hombres, cuatro de cada 10 suelen caminar, una tercera parte correr, otra jugar futbol y 20% andar en bicicleta.

En el caso de las mujeres mexicanas, también caminar es lo que realizan más seguido, además de correr al aire libre; el resto de disciplinas está muy pulverizado: el tercer lugar lo ocupa el baile y la bicicleta, ya sea fija o al aire libre, ocupa el cuarto lugar.

Refirió que respecto a Latinoamérica se encontró que existe una fuerte tendencia enfocada hacia la salud, el 42% de las mujeres en la región aseguró estar preocupadas por el sobrepeso; mientras que en el caso de los hombres, sólo 29% lo está.

De ese porcentaje, al menos 31% de las mujeres dijo combatir la acumulación de grasa con dieta y ejercicio o ambas cosas; en tanto, 10% de los varones está en la misma situación.


martes, 4 de septiembre de 2012

Vinculan luz eléctrica con epidemia de obesidad

La luz eléctrica permite desde hace ya bastante tiempo trabajar, descansar y realizar otras actividades a cualquier hora, desligándose así de la alternancia natural de la noche y el día. Pero cuando Thomas Edison patentó la primera bombilla en 1879 seguramente no podía anticipar que un día su invento impulsaría una epidemia mundial de obesidad.
 Eso es lo que sugiere un estudio realizado por Cathy Wyse, de la Universidad de Aberdeen (Reino Unido), y publicado en la revista BioEssays.

Nuestro ciclo diario de sueño y vigilia está controlado por un reloj molecular que se encuentra presente en todas las células del cuerpo humano. Posee su propio ritmo sistemático de casi veinticuatro horas exactas que le permite mantenerse ajustado con precisión al ciclo diario establecido por la rotación terrestre. 
Sin embargo, en el mundo moderno el reloj biológico humano a duras penas puede permanecer en sintonía con el ciclo rotacional de la Tierra por la exposición a la luz artificial y los irregulares horarios de comidas, trabajo y sueño propios del mundo desarrollado. A este desequilibrio entre los ritmos circadianos naturales del organismo y el entorno los científicos lo han bautizado como «desincronía circadiana», y Wyse opina que es uno de los motivos del incremento de la población con sobrepeso. Su estudio ahonda en cómo esta desincronía afecta a la salud humana al alterar los sistemas del cerebro que regulan el metabolismo, de tal modo que aumentan las probabilidades de desarrollar obesidad y diabetes. 



Y no todos respondemos igual. El reloj biológico es controlado por nuestros genes, y el estudio sugiere que unas personas podrían ser más sensibles que otras a los efectos de la desincronía circadiana. Por ejemplo, los individuos originarios de regiones ecuatoriales podrían tener relojes biológicos muy regulares y, por ende, ser más vulnerables a los efectos de dicha desincronía, según sugiere Wyse.

Fuente.- muyinteresante.es