viernes, 17 de agosto de 2012

Niños que comen sano son más inteligentes

Los niños alimentados con una dieta sana durante los primeros años de vida podrían alcanzar un cociente intelectual (CI) ligeramente mayor, tal y como evidencia un estudio de la Universidad de Adelaida (Australia). Por su parte, los menores alimentados con comida chatarra pueden ver reducida su inteligencia.

Para alcanzar estas sentencias, el equipo de investigación dirigido por la doctora de este centro universitario, Lisa Smithers, observó los hábitos alimenticios de 7.000 menores a los 6 meses de edad, a los 15 meses y a los dos años desde su nacimiento. Tras ello, analizó el coeficiente intelectual de los mismo a los ocho años de edad.

Ahondando en la importancia de la dieta a la hora de mejorar la inteligencia de los niños, la experta indica que ésta "aporta los nutrientes necesarios para el desarrollo de los tejidos del cerebro en los dos primeros años de vida". Así, confirma que los bebés que ingirieron alimentos variados con regularidad presentaron "hasta dos puntos más de CI a la edad de ocho años".

Además, el estudio también arroja el dato de que los menores que consumieron alimentos preparados para bebés a los seis meses obtuvieron "un impacto negativo". Por el contrario, los efectos fueron positivos al comerlos a los dos años de edad.

Por último, la doctora Smithers concluye que este trabajo refleja la "necesidad" de proporcionar a los niños alimentos saludables en un momento tan crucial para la formación en sus vidas. "Es importante que se considere el impacto a largo plazo de los alimentos que alimentan a nuestros hijos", finiquita.



jueves, 16 de agosto de 2012

Personas sin estudios universitarios, predispuestas a la obesidad

Las personas sin estudios universitarios tienen más predisposición genética a ser obesos, según ha evidenciado un estudio del Centro de Investigación Biomédica en Red-Fisiopatología de la Obesidad y la Nutrición (CIBERobn). Para sus expertos, éste es un ejemplo de cómo el ambiente "modula el riesgo genético a desarrollar enfermedades".

En concreto, el gen que se ha sido objeto de estudio en este trabajo ha sido el FTO, que ha sido analizado en tres tipos de sujetos de diferentes perfiles médico-sociales y de edades diferentes. Al observarlos, se ha concluido que la educación universitaria "modula la relación del polimorfismo de este gen con el índice de masa corporal y el riesgo de sobrepeso en la población mediterránea española", manifiestan.

El estudio, que ha sido publicado en la revista 'Nutrition, Metabolism & Cardiovascular Diseases', ha sido dirigido por la doctora Dolores Corella, que asegura que "la predisposición genética a ser obeso se contrarresta por el nivel de estudios de grado superior". Además, observa que este riesgo también se incrementa "por estilos de vida menos saludables".

Durante el trabajo realizado en la Universidad de Valencia, el equipo de investigación dirigido por la doctora Corella ha observado que los portadores de este gen "tienen mayor peso que las personas que no poseen en su genoma dicha mutación, confirmando así los efectos del riesgo genético". No obstante, los estudiantes universitarios con el FTO no presentaron aumento de peso "ni riesgo de obesidad", significan.

LOS PACIENTES DE PRIMARIA Y SECUNDARIAN PRESENTAN MÁS SOBREPESO

En cuanto a los alumnos de enseñanza primaria y secundaria poseedores de este genoma, éstos si que confirmaron tener sobrepeso y un riesgo de obesidad latente. Y es que, la galena sostiene que las personas con estudios de grado superior con mayor susceptibilidad genética a engordar tienen más herramientas para luchar contra esta predisposición de los genes".

Particularizando en la idiosincrasia de este gen, los expertos afirman que es el primero que se ha asociado a la obesidad. De hecho, las personas que portan dos copias del mismo pesan, de media, tres kilos más que los que no lo tienen. La explicación a este efecto, la han encontrado los investigadores en el hecho de que actúa inhibiendo la sensación de saciedad.

Sin embargo, Corella insiste en que esta situación se puede revertir mediante hábitos saludables "que apuntan tanto a una alimentación sana y equilibrada, a la práctica de ejercicio físico, como a unos ritmos circadianos que aseguren un correcto balance energético". Para ello, la experta considera que lo único que se precisa es "una educación alimentaria y nutricional".

Fuente.- diariosigloxxi.com

miércoles, 15 de agosto de 2012

Adiós a la Cajita Feliz en Chile

Chile, país con un índice de obesidad infantil mucho menor al de México, aprobó una ley contra la obesidad que entrará en vigor en junio de 2013 en la que se prohibe regalar juguetes junto con la comida para niños.

El senador Guido Girardi, expresidente del Senado chileno, argumenta que esta ley debe ser acatada ya, especialmente, en el caso de la Cajita Feliz y el sinnúmero de “regalos” que se ofertan a los niños y niñas en la compra de comida chatarra.

La discusión entre el ministro de Salud y el senador chileno es sólo sobre cuándo debe entrar en vigor la ley.

Desgraciadamente, en México no hemos llegado aún a una ley. A lo más que hemos llegado es a un acuerdo voluntario, sin carácter obligatorio, sin sanciones y sin presupuesto asignado: el Acuerdo Nacional por la Salud Alimentaria.

En este contexto, el senador Girardi presentó recientemente una denuncia contra la autoridad chilena por permitir que McDonald’s, Burger King, otras cadenas de comida rápida, así como diversos empresas productoras de alimentos y bebidas con alto contenido de azúcar, grasas y sal, promuevan sus productos ofreciendo regalos. La ley ya aprobada en Chile prohíbe la oferta de regalos en la compra de alimentos y bebidas no saludables.

En las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud dirigidas a los gobiernos para que protejan a su población infantil del daño que produce la publicidad de alimentos y bebidas dirigida a ellos, se reconoce que uno de los mecanismos más efectivos de engaño y manipulación, que se “aprovecha de su inexperiencia y credulidad”, es el uso de “regalos”.

La dimensión que ha tomado el uso de los “regalos” para generar ventas de comida chatarra y bebidas entre la infancia se puede ejemplificar con el dato de que la empresa que más juguetes comercializa en el mundo es McDonald’s. Y detrás de ella está Burger King y empresas como Sabritas, Kellog’s y Bimbo, entre muchas otras.

Desde la Guerra de las Galaxias, George Lukas declaraba que el mayor negocio de las películas dirigidas a los menores de edad ya no radicaba en la cantidad de público que pagaba su entrada en el cine, sino en las licencias que se venden a las empresas productoras de juguetes, a las cadenas de comida rápida, a los productores de comida chatarra y bebidas, a los fabricantes de ropa y todo tipo de artículos dirigidos a los niños y las niñas, para que utilicen los personajes creados en esos filmes.

La escalada de la publicidad que abarca todo el entorno de los menores de edad no se ha detenido, se ha fortalecido, continúa.

No es una casualidad que películas como la Era del Hielo 4 coincida con las vacaciones de verano. Los juguetes vinculados a esta película salen simultáneamente a su estreno.

El lanzamiento de la película no es sólo de la cinta, es parte de un lanzamiento mundial con muchos frentes mercadotécnicos: incluye al menos a la mayor cadena de comida rápida del mundo McDonald’s, que oferta en su Cajita Feliz los personajes del filme, y a la mayor cadena mundial de frituras, que en México conocemos como Sabritas, de Pepsico, que ha lanzado una nueva edición de sus tazos con los mismos personajes.

De manera paralela y en todos los rincones del mundo, los niños y niñas ven reproducidos los personajes de la Era del Hielo 4 en camisetas, pijamas, calcomanías, cuadernos, mochilas, etcétera.

No puede haber legislación que combata la obesidad que no prohíba la oferta de “regalos” para lograr la venta de alimentos y bebidas no saludables, y que no prohíba la publicidad de estos productos.

Los regalos y la publicidad que se dirige a la infancia, a una población mucho más vulnerable al engaño y la manipulación, es un factor determinante en el deterioro de los hábitos alimentarios, más cuando esta influencia se da en un periodo en que se están formando hábitos que, seguramente, se mantendrán de por vida.

Las legislaciones dirigidas a impedir que la comida chatarra se promueva entre los menores a través de la oferta de regalos están avanzando en diversas regiones del mundo.

De hecho, la tendencia mundial es prohibir la publicidad dirigida a la infancia de este tipo de productos, a pesar de la resistencia y el enorme cabildeo de las grandes corporaciones.

Existe la evidencia científica suficiente que demuestra que esta es una de las formas más eficientes de manipulación y engaño a los niños y las niñas, induciéndolos desde pequeños al consumo de alimentos y bebidas que atetan contra su salud.

Mientras tanto, en México, con el mayor índice de sobrepeso y obesidad infantil del mundo, no contamos con una ley y se permite a las empresas generar su propio código de autorregulación de la publicidad de alimentos y bebidas que dirigen a la infancia.