viernes, 9 de mayo de 2014

Ortorexia, peligrosa obsesión por la comida saludable

"Era muy estricta. Básicamente ingería jugos o batidos verdes por la mañana, y una ensalada por la noche. No podía salir con mis amigos, estaba tan débil que se me hacía difícil trabajar y después de la oficina no podía hacer nada más", dice Deborah Copeland, una mujer estadounidense a quien le obsesionaba ingerir alimentos saludables y que recientemente entregó su testimonio a "HuffPost Live".

Copeland sufría de lo que se denomina ortorexia u obsesión por comer productos sanos, trastorno que -según dijo- comenzó cuando era una veinteañera. "Fue en unas vacaciones cuando todos comían pavo, mientras que yo me hacía un batido o una sopa verde (…) Pero nadie me decía nada porque yo tenía una excusa razonable: estaba comiendo saludablemente", relató.

Sin embargo, su fijación comenzó a descontrolarse y ella se percató de eso en una visita al supermercado. "No sabía si era mejor acelga o col rizada para mi batido, porque no podía recordar bien la receta. Así que empecé a llorar, porque me parecía muy importante hacerlo bien", contó.

Copeland admitió que era tan perfeccionista, que comenzó a aislarse del resto de las personas, no tenía una relación amorosa con nadie y dejó de ver a sus amigos.

Y aunque reconoció que antes había experimentado con todo tipo de dietas, aseguró que lo que padecía no era anorexia o bulimia, sino "una obsesión por la comida que ponía en mi cuerpo".

Según la Organización Nacional de Desórdenes Alimenticios de EE.UU. (NEDA, por su sigla en inglés), la ortorexia no está oficialmente considerada como un trastorno -algo parecido a lo que ocurre con la permarexia u obsesión de contar calorías- pero es similar a otros sí reconocidos como la anorexia o la bulimia. La diferencia radica que en éstas la obsesión está en las calorías y el peso, mientras que en la ortorexia está en comer de manera saludable.

Ya en 2007 psicólogos y nutricionistas advirtieron sobre esta patología, y calificaron a quienes la sufren como "autistas alimentarios, abocados a la infelicidad", ya que ponen demasiada atención a lo que comen, evitan actos sociales para no "caer en la tentación" y se sienten culpables si no comen lo que "deben".

"Los ortoréxicos pueden ser socialmente aislados, generalmente porque planean su vida en torno a la comida. Pueden tener poco espacio en su vida para otra cosa que no sea pensar y planear lo que comerán", señala Karin Kratina, nutricionista especializada en problemas alimenticios, en la página web de NEDA.

Fuente.- elpais.com

 

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