La leche y sus derivados forman parte de la dieta de los mexicanos y representan un alimento que puede ser consumido durante todas las etapas de la vida.
La Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) celebra en junio el Día Mundial de la Leche, con el fin de enfocar la atención en la importancia de la producción y el consumo de un alimento considerado nutritivo.
En México, como en otras naciones de América Latina, enfrentamos dos grandes problemas que aquejan principalmente a niños: la obesidad y la desnutrición. De acuerdo con la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición 2012 (ENSANUT 2012) se estima que en todo el país 1 de cada 10 niños muestra baja talla. Del otro lado de la moneda, la ENSANUT 2012 menciona que 1 de cada 3 niños en edad escolar, de 5 a 11 años, presentan sobrepeso u obesidad.
La obesidad es una enfermedad multifactorial, caracterizada por aumento en el depósito de grasa corporal causado por un balance positivo de energía. Este balance (o desbalance en estricto sentido) es la causa inmediata del sobrepeso y la obesidad, fenómenos que están modulados por factores fisiológicos y genéticos.
Según la Organización Mundial de la Salud, la desnutrición es causante de un deficiente estado de salud y mortalidad prematura entre los niños de los países en desarrollo. Es la causa, en gran medida prevenible, de más de una tercera parte de las muertes de niños. Es por ello que las intervenciones nutricionales pueden influir positivamente en las carencias de micronutrientes y la desnutrición, así como en infecciones como las enfermedades diarreicas, la malaria o paludismo, el y la tuberculosis.
Ante este panorama, cobra mayor relevancia hacer énfasis en la importancia del consumo de leche y sus derivados, ya que se trata de alimentos completos de alto valor nutrimental. Contienen carbohidratos que dan energía, proteínas que contribuyen en la construcción de los músculos, y lípidos que ayudan a transportar vitaminas y a producir hormonas.
A pesar de ello, el consumo de lácteos registrado en México dista mucho de alcanzar los 500 mililitros que recomienda la FAO, lo que hace necesario impulsar el consumo de estos productos en nuestro país, como una medida básica de nutrición y como una alternativa sana de consumo.
Artículo de Jennifer Daniel Chavero, leelo completo en cnn.com
La Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) celebra en junio el Día Mundial de la Leche, con el fin de enfocar la atención en la importancia de la producción y el consumo de un alimento considerado nutritivo.
En México, como en otras naciones de América Latina, enfrentamos dos grandes problemas que aquejan principalmente a niños: la obesidad y la desnutrición. De acuerdo con la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición 2012 (ENSANUT 2012) se estima que en todo el país 1 de cada 10 niños muestra baja talla. Del otro lado de la moneda, la ENSANUT 2012 menciona que 1 de cada 3 niños en edad escolar, de 5 a 11 años, presentan sobrepeso u obesidad.
La obesidad es una enfermedad multifactorial, caracterizada por aumento en el depósito de grasa corporal causado por un balance positivo de energía. Este balance (o desbalance en estricto sentido) es la causa inmediata del sobrepeso y la obesidad, fenómenos que están modulados por factores fisiológicos y genéticos.
Según la Organización Mundial de la Salud, la desnutrición es causante de un deficiente estado de salud y mortalidad prematura entre los niños de los países en desarrollo. Es la causa, en gran medida prevenible, de más de una tercera parte de las muertes de niños. Es por ello que las intervenciones nutricionales pueden influir positivamente en las carencias de micronutrientes y la desnutrición, así como en infecciones como las enfermedades diarreicas, la malaria o paludismo, el y la tuberculosis.
Ante este panorama, cobra mayor relevancia hacer énfasis en la importancia del consumo de leche y sus derivados, ya que se trata de alimentos completos de alto valor nutrimental. Contienen carbohidratos que dan energía, proteínas que contribuyen en la construcción de los músculos, y lípidos que ayudan a transportar vitaminas y a producir hormonas.
A pesar de ello, el consumo de lácteos registrado en México dista mucho de alcanzar los 500 mililitros que recomienda la FAO, lo que hace necesario impulsar el consumo de estos productos en nuestro país, como una medida básica de nutrición y como una alternativa sana de consumo.
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