El experto Rubén Santoyo Ayala dijo que la obesidad se ubica entre los principales detonantes de problemas al dormir, ya que entre 80 y 90 por ciento de quienes no logran un sueño reparador tiene exceso de peso.
El especialista adscrito al Hospital de Especialidades del Centro Médico Nacional de Occidente del IMSS, en Jalisco, agregó que la obesidad se conoce sobre todo por facilitar la aparición de enfermedades metabólicas como diabetes e hipertensión, "pero a la hora de un sueño reparador éste no se consigue en personas obesas".
Señaló que a mayor obesidad mayor será el problema de sueño, "y aquellos con índices de masa corporal de 30 a 40, es decir obesidad mórbida, son quienes sufren cambios importantes a nivel físico debido a que la acumulación de grasa desplaza órganos como los pulmones, al comprimirlos y evitar así una respiración adecuada".
Expresó que la apnea de sueño, "esto es, la interrupción momentánea de la respiración mientras se duerme, es un dato clínico muy característico de las personas obesas que no sólo acarrea ronquidos, sino además inhibe una adecuada oxigenación y es esto último lo que eleva la predisposición de las personas a sufrir eventos del sistema circulatorio con afectación sobre todo a nivel cerebral y cardiaco".
Añadió que el tejido adiposo acumulado en la caja torácica "desencadena una serie de eventos adversos: el movimiento respiratorio se altera y se acumula bióxido de carbono, que provoca efecto narcoléptico, es decir, sueño excesivo a lo largo del día".
Afirmó que uno de los efectos agudos más representativos de la apnea es la somnolencia, "la persona inclusive puede quedarse dormida mientras está en un alto, o en alguna sala de espera, por lo que se añade otro riesgo que es el de sufrir accidentes con más facilidad debido al estado de alerta disminuido".
Recomendó evitar subir de peso y quienes tienen este problema buscar reducirlo, "esto se logra con dieta balanceada y actividad física periódica, por lo menos 30 minutos de caminata diaria cinco días de la semana".
Fuente.- eluniversal.com.mx
El especialista adscrito al Hospital de Especialidades del Centro Médico Nacional de Occidente del IMSS, en Jalisco, agregó que la obesidad se conoce sobre todo por facilitar la aparición de enfermedades metabólicas como diabetes e hipertensión, "pero a la hora de un sueño reparador éste no se consigue en personas obesas".
Señaló que a mayor obesidad mayor será el problema de sueño, "y aquellos con índices de masa corporal de 30 a 40, es decir obesidad mórbida, son quienes sufren cambios importantes a nivel físico debido a que la acumulación de grasa desplaza órganos como los pulmones, al comprimirlos y evitar así una respiración adecuada".
Expresó que la apnea de sueño, "esto es, la interrupción momentánea de la respiración mientras se duerme, es un dato clínico muy característico de las personas obesas que no sólo acarrea ronquidos, sino además inhibe una adecuada oxigenación y es esto último lo que eleva la predisposición de las personas a sufrir eventos del sistema circulatorio con afectación sobre todo a nivel cerebral y cardiaco".
Añadió que el tejido adiposo acumulado en la caja torácica "desencadena una serie de eventos adversos: el movimiento respiratorio se altera y se acumula bióxido de carbono, que provoca efecto narcoléptico, es decir, sueño excesivo a lo largo del día".
Afirmó que uno de los efectos agudos más representativos de la apnea es la somnolencia, "la persona inclusive puede quedarse dormida mientras está en un alto, o en alguna sala de espera, por lo que se añade otro riesgo que es el de sufrir accidentes con más facilidad debido al estado de alerta disminuido".
Recomendó evitar subir de peso y quienes tienen este problema buscar reducirlo, "esto se logra con dieta balanceada y actividad física periódica, por lo menos 30 minutos de caminata diaria cinco días de la semana".
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