Investigadores de la Universidad de Salamanca han observado que el ejercicio físico regular contribuye al descenso de la presión arterial en horas nocturnas, algo necesario ya que cuando es más alta que durante el día puede estar relacionado con un mayor riesgo cardiovascular.
En el estudio han participado 1.345 pacientes de Salamanca, Valladolid, Barcelona, Cuenca, Bilbao y Zaragoza que tenían entre 20 y 80 años sin patologías cardiovasculares previas.
En la parte del estudio que ahora ha sido publicada en la revista científica 'American Journal of Hypertension', el objetivo era ver la relación entre la actividad física y el patrón circadiano de la presión arterial, que "no siempre es igual durante el día, tiene cierta variabilidad y lo habitual es que por la noche disminuya", ha comentado a SINC Luis García Ortiz, profesor de la Facultad de Medicina de la Universidad de Salamanca.
Esta disminución nocturna "es un factor protector frente a eventos cardiovasculares, pero a un porcentaje alto de pacientes no les baja la presión arterial por la noche y estas personas tienen un riesgo mayor".
De hecho, según los investigadores, cuando las arterias están más envejecidas el patrón circadiano, que hace referencia a la evolución de esta medida a lo largo de las 24 horas del día, suele ser peor.
La actividad física se ha medido de dos formas. Por una parte, se les preguntó a los pacientes cuánto ejercicio habían hecho la semana anterior mediante un cuestionario estructurado y validado. La segunda forma fue más empírica, ya que consistió en colgar un acelerómetro durante una semana entera en el cinturón del paciente para medir la actividad física que va realizando.
Además, la intensidad del ejercicio se dividió en tres categorías: poca, moderada y mucha. Esta clasificación ha sido muy significativa, puesto que los resultados indican que los individuos que realizaron más actividad física se comportaron mejor, es decir, a mayor cantidad de ejercicio, más baja la presión arterial por la noche.
Fuente.- europapress.es
En el estudio han participado 1.345 pacientes de Salamanca, Valladolid, Barcelona, Cuenca, Bilbao y Zaragoza que tenían entre 20 y 80 años sin patologías cardiovasculares previas.
En la parte del estudio que ahora ha sido publicada en la revista científica 'American Journal of Hypertension', el objetivo era ver la relación entre la actividad física y el patrón circadiano de la presión arterial, que "no siempre es igual durante el día, tiene cierta variabilidad y lo habitual es que por la noche disminuya", ha comentado a SINC Luis García Ortiz, profesor de la Facultad de Medicina de la Universidad de Salamanca.
Esta disminución nocturna "es un factor protector frente a eventos cardiovasculares, pero a un porcentaje alto de pacientes no les baja la presión arterial por la noche y estas personas tienen un riesgo mayor".
De hecho, según los investigadores, cuando las arterias están más envejecidas el patrón circadiano, que hace referencia a la evolución de esta medida a lo largo de las 24 horas del día, suele ser peor.
La actividad física se ha medido de dos formas. Por una parte, se les preguntó a los pacientes cuánto ejercicio habían hecho la semana anterior mediante un cuestionario estructurado y validado. La segunda forma fue más empírica, ya que consistió en colgar un acelerómetro durante una semana entera en el cinturón del paciente para medir la actividad física que va realizando.
Además, la intensidad del ejercicio se dividió en tres categorías: poca, moderada y mucha. Esta clasificación ha sido muy significativa, puesto que los resultados indican que los individuos que realizaron más actividad física se comportaron mejor, es decir, a mayor cantidad de ejercicio, más baja la presión arterial por la noche.
Fuente.- europapress.es
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