Ahora que los niños regresan a clases es importante cuidar lo que se llevan de lunch pero según la nutrióloga Maribel Yáñez, especialista en obesidad infantil, ese alimento únicamente representa 10 por ciento de las calorías totales que consumen al día, por ello, los padres tienen la obligación de estar al pendiente de todo lo que comen sus hijos.
“Lo que no existe es educación alimentaria. No educamos a los niños ni tampoco a los padres. Muchos de ellos dicen que hay que comer sano, pero en la práctica no lo ofrecen. El adulto debería conocer lo que es una comida balanceada, no comer lechugas ni ensaladas, sino comer los tres grupos de alimentos: un carbohidrato, una proteína y una fruta o una verdura”, dijo Yáñez a Milenio.com.
En los últimos 13 años la obesidad infantil ha ido en ascenso continuo, en 1999 según datos de la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición 18.8 por ciento de la población de niños sufría obesidad y sobrepeso, en 2012 alcanzó 32 por ciento.
Y actualmente, en cifras de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico, en México 29 por ciento de las niñas y 28.1 por ciento de los niños de 5 a 17 años sufre de sobrepeso, lo que se traduce en que el país sea el cuarto lugar en obesidad infantil a nivel mundial.
Sobre las soluciones para disminuir este índice, la nutrióloga comentó que los padres que sospechan que su hijo puede tener sobrepeso u obesidad deben acercarse con un especialista para conocer un nuevo régimen alimenticio y cambiar los hábitos de toda la familia, ya que el ejemplo es la mejor manera de enseñar.
“No podemos decirle a un niño ‘no comas grasa’, ‘no comas azúcar’ si nosotros lo hacemos, si quiero que coma verdura yo tengo que empezar a comer verdura, además de motivarlos a hacer más actividad física para que quemen más calorías de las que comen”, aseguró.
La especialista recalcó que se puede comer de todo mientras esté balanceado: “Por ejemplo, un pozole tiene el maíz como carbohidrato, el pollo como proteína y la verdura como grupo de verduras, está balanceado. Realmente engordamos cuando al comer ese pozole le agregamos dos tostadas, un agua de jamaica endulzada con azúcar, ahí ya serían cuarto carbohidratos, en este ejemplo, el exceso de carbohidratos es lo que me engorda, no el pozole”.
Del programa para sacar las chatarras de las escuelas, Yáñez mencionó que todavía no se cumple al ciento por ciento, ya que hay escuelas que todavía venden productos con más de 3 gramos de grasa, pero hizo hincapié en la educación para que los niños sepan distinguir entre algo, rico, pero con menos contenido calórico.
“Sí, le podemos dar un chocolate por ejemplo uno que tiene malvavisco con mermelada de cuatro bolitas supera los 3 gramos de grasa, pero si le doy el de tres bolitas que tiene la grasa permitida es un buen postre”, finalizó Maribel Yánez.
“Lo que no existe es educación alimentaria. No educamos a los niños ni tampoco a los padres. Muchos de ellos dicen que hay que comer sano, pero en la práctica no lo ofrecen. El adulto debería conocer lo que es una comida balanceada, no comer lechugas ni ensaladas, sino comer los tres grupos de alimentos: un carbohidrato, una proteína y una fruta o una verdura”, dijo Yáñez a Milenio.com.
En los últimos 13 años la obesidad infantil ha ido en ascenso continuo, en 1999 según datos de la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición 18.8 por ciento de la población de niños sufría obesidad y sobrepeso, en 2012 alcanzó 32 por ciento.
Y actualmente, en cifras de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico, en México 29 por ciento de las niñas y 28.1 por ciento de los niños de 5 a 17 años sufre de sobrepeso, lo que se traduce en que el país sea el cuarto lugar en obesidad infantil a nivel mundial.
Sobre las soluciones para disminuir este índice, la nutrióloga comentó que los padres que sospechan que su hijo puede tener sobrepeso u obesidad deben acercarse con un especialista para conocer un nuevo régimen alimenticio y cambiar los hábitos de toda la familia, ya que el ejemplo es la mejor manera de enseñar.
“No podemos decirle a un niño ‘no comas grasa’, ‘no comas azúcar’ si nosotros lo hacemos, si quiero que coma verdura yo tengo que empezar a comer verdura, además de motivarlos a hacer más actividad física para que quemen más calorías de las que comen”, aseguró.
La especialista recalcó que se puede comer de todo mientras esté balanceado: “Por ejemplo, un pozole tiene el maíz como carbohidrato, el pollo como proteína y la verdura como grupo de verduras, está balanceado. Realmente engordamos cuando al comer ese pozole le agregamos dos tostadas, un agua de jamaica endulzada con azúcar, ahí ya serían cuarto carbohidratos, en este ejemplo, el exceso de carbohidratos es lo que me engorda, no el pozole”.
Del programa para sacar las chatarras de las escuelas, Yáñez mencionó que todavía no se cumple al ciento por ciento, ya que hay escuelas que todavía venden productos con más de 3 gramos de grasa, pero hizo hincapié en la educación para que los niños sepan distinguir entre algo, rico, pero con menos contenido calórico.
“Sí, le podemos dar un chocolate por ejemplo uno que tiene malvavisco con mermelada de cuatro bolitas supera los 3 gramos de grasa, pero si le doy el de tres bolitas que tiene la grasa permitida es un buen postre”, finalizó Maribel Yánez.
Fuente.- milenio.com
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