La obesidad mórbida no solo supone problemas de salud para aquellos que la padecen, sino también graves trastornos de movilidad. Es el caso de Ritchie Doyle, un irlandés que pesa 265 kilos y debe dormir en el suelo pues está imposibilitado para trasladarse a su recámara, ubicada en la planta alta.
Doyle demanda al ayuntamiento Bantry, donde vive, que le ayude a encontrar una casa que se ajuste a sus necesidades, ya que su actual residencia no es funcional para su tamaño.
Según relata el propio Doyle al Southern Star, no solamente es el tamaño de su casa lo que le está haciendo empeorar su salud, sino también el número de camiones que pasan todos los días cerca de su vivienda, llegando a serle diagnosticado un ligero envenenamiento por dióxido de carbono.
Las autoridades locales buscan un nuevo hogar para este irlandés, quien precisa también de respiración asistida y padece úlceras en sus piernas
Doyle demanda al ayuntamiento Bantry, donde vive, que le ayude a encontrar una casa que se ajuste a sus necesidades, ya que su actual residencia no es funcional para su tamaño.
Según relata el propio Doyle al Southern Star, no solamente es el tamaño de su casa lo que le está haciendo empeorar su salud, sino también el número de camiones que pasan todos los días cerca de su vivienda, llegando a serle diagnosticado un ligero envenenamiento por dióxido de carbono.
Las autoridades locales buscan un nuevo hogar para este irlandés, quien precisa también de respiración asistida y padece úlceras en sus piernas
Fuente.- excite.es
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