El rechazo hacia la obesidad está bastante arraigado en la sociedad, pero se encuentran diferencias en esa actitud anti-obesa entre hombres y mujeres. Según un estudio de la Universidad Nacional de Educación a Distancia los investigadores han detectado que el género masculino muestra un mayor rechazó a las personas con obesidad, como informa SINC.
La obesidad es un estado médico en el que la grasa corporal en exceso produce efectos negativos en la salud psicológica y psíquica de las personas. Esta enfermedad está considerada por la Organización Mundial de la Salud como uno de los mayores peligros sanitarios debido a su alta tasa de prevalencia en las sociedades avanzadas.
Una investigación de la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED) muestra que los hombres están por encima de las mujeres en actitudes anti-obesos. El estudio se llevó a cabo con 597 estudiantes (264 hombres y 333 mujeres).
“Estas diferencias se deben a que las mujeres interiorizan el ideal de delgadez imperante en la sociedad, mientras que los hombres lo externalizan mostrando actitudes negativas hacia las personas con obesidad. Esto se traduce en que las mujeres hacen suya la aspiración de delgadez, mientras que los hombres se limitan a juzgar desde fuera ese estándar”, explicó a SINC Alejandro Magallares, investigador principal del estudio en la Universidad Nacional de Educación a Distancia.
Como resultado, las mujeres puntuaron más alto en escalas relacionadas con los trastornos de la conducta alimentaria (TCA) y los hombres lo hicieron en prejuicios hacia las personas obesas. “Estudios de salud pública ponen de manifiesto que las mujeres sufren más trastornos alimentarios que los hombres, precisamente por el hecho de que para una chica está mal visto saltarse la normal social de delgadez”, argumenta el científico.
Magallares también destaca la tendencia de un aumento cada vez mayor de chicos con problemas relacionados con la conducta alimentaria. En concreto, las investigaciones apuntan a que la presión, en el caso de los varones, está orientada a conseguir un cuerpo musculado. “Aunque para los hombres no existe esa presión tan grande hacia la delgadez, sí que hay estándares de belleza que pueden acabar produciéndoles malestar”.
El Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM por sus siglas en inglés) no recoge este tipo de trastorno como categoría diagnóstica, sin embargo, estudios clínicos hablan ya de vigorexia o dismorfia muscular, en referencia a la obsesión por un cuerpo sin grasa.
Antiguamente el sobrepeso o la obesidad eran un signo de estatus social, pero el rol de belleza ha cambiado con los siglos hasta llegar en la actualidad a la identificación de delgadez con una posición social elevada.
Según el investigador, los medios de comunicación reflejan esa concepción de belleza actual y, son numerosos los trabajos realizados hasta la fecha en los que se demuestra que las personas obesas están infrarrepresentadas en programas de televisión, películas, etc., ya que, de acuerdo con las cifras epidemiológicas de obesidad, deberían tener una mayor visibilidad. Los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística indican que la obesidad ha aumentado en España casi un 10% en los últimos 25 años.
“Aunque existen varias variables, la que más se relaciona en el estudio con el prejuicio hacia las personas obesas es la controlabilidad: el hecho de creer que la gente que tiene problemas de peso es por su propia culpa, lo que provoca que se las trate de forma vejatoria”, señala el experto.
La obesidad es un estado médico en el que la grasa corporal en exceso produce efectos negativos en la salud psicológica y psíquica de las personas. Esta enfermedad está considerada por la Organización Mundial de la Salud como uno de los mayores peligros sanitarios debido a su alta tasa de prevalencia en las sociedades avanzadas.
Una investigación de la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED) muestra que los hombres están por encima de las mujeres en actitudes anti-obesos. El estudio se llevó a cabo con 597 estudiantes (264 hombres y 333 mujeres).
“Estas diferencias se deben a que las mujeres interiorizan el ideal de delgadez imperante en la sociedad, mientras que los hombres lo externalizan mostrando actitudes negativas hacia las personas con obesidad. Esto se traduce en que las mujeres hacen suya la aspiración de delgadez, mientras que los hombres se limitan a juzgar desde fuera ese estándar”, explicó a SINC Alejandro Magallares, investigador principal del estudio en la Universidad Nacional de Educación a Distancia.
Como resultado, las mujeres puntuaron más alto en escalas relacionadas con los trastornos de la conducta alimentaria (TCA) y los hombres lo hicieron en prejuicios hacia las personas obesas. “Estudios de salud pública ponen de manifiesto que las mujeres sufren más trastornos alimentarios que los hombres, precisamente por el hecho de que para una chica está mal visto saltarse la normal social de delgadez”, argumenta el científico.
Magallares también destaca la tendencia de un aumento cada vez mayor de chicos con problemas relacionados con la conducta alimentaria. En concreto, las investigaciones apuntan a que la presión, en el caso de los varones, está orientada a conseguir un cuerpo musculado. “Aunque para los hombres no existe esa presión tan grande hacia la delgadez, sí que hay estándares de belleza que pueden acabar produciéndoles malestar”.
El Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM por sus siglas en inglés) no recoge este tipo de trastorno como categoría diagnóstica, sin embargo, estudios clínicos hablan ya de vigorexia o dismorfia muscular, en referencia a la obsesión por un cuerpo sin grasa.
Antiguamente el sobrepeso o la obesidad eran un signo de estatus social, pero el rol de belleza ha cambiado con los siglos hasta llegar en la actualidad a la identificación de delgadez con una posición social elevada.
Según el investigador, los medios de comunicación reflejan esa concepción de belleza actual y, son numerosos los trabajos realizados hasta la fecha en los que se demuestra que las personas obesas están infrarrepresentadas en programas de televisión, películas, etc., ya que, de acuerdo con las cifras epidemiológicas de obesidad, deberían tener una mayor visibilidad. Los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística indican que la obesidad ha aumentado en España casi un 10% en los últimos 25 años.
“Aunque existen varias variables, la que más se relaciona en el estudio con el prejuicio hacia las personas obesas es la controlabilidad: el hecho de creer que la gente que tiene problemas de peso es por su propia culpa, lo que provoca que se las trate de forma vejatoria”, señala el experto.
Fuente.- elreferente.es
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