Una investigación realizada recientemente en Estados Unidos (EE.UU.) reveló que el consumo excesivo de refrescos y bebidas gaseosas genera graves daños en el organismo infantil, entre ellos problemas en los huesos, en los dientes y obesidad.
Difundida por la revista medica The Lancet, la investigación indicó que cuánto más alta es la ingesta de bebidas carbonatadas o con azúcar, más se incrementa mayor el Indice de Masa Corporal y el riesgo de padecer de obesidad.
Los refrescos están compuestos básicamente de azúcares tales como sacarosa, glucosa, fructosa, por lo tanto son una fuente rápida y concentrada de energía, indicaron los expertos.
En este estudio se mostró una relación entre el incremento en el consumo de refrescos y la prevalencia de la obesidad hasta en un 34 por ciento.
Los investigadores indicaron que el consumo de un litro por día durante tres semanas se traduce en la ganancia de 1 kg. de peso; mientras que el consumir más de 500 ml. por día puede tener un efecto de desplazamiento de otros alimentos ocasionando un desequilibrio en la dieta, afectando la calidad de la alimentación y por lo tanto el estado de nutrición del niño.
Además de esto, advirtieron que el consumo de gaseosas también se relaciona con problemas bucales como las caries; así como desmineralización de los huesos, lo que puede condicionar una mala calcificación del hueso y osteoporosis en la edad adulta.
“Se ha asociado el comportamiento agresivo destructivo del niño con el consumo de azúcares. Existen evidencias de que en niños hiperactivos al disminuir el consumo de estos elementos en un 50 por ciento (eliminando colorantes, saborizantes artificiales y cafeína) mejora su comportamiento hasta en el 42 por ciento de los casos”, agregó el estudio.
Ante esta circunstancias, los expertos recomendaron que se incluya en la dieta de los niños muy pocas de estas bebidas y mayor cantidad de jugos naturales y agua; para así evitar que la salud del infante se perjudique.
Difundida por la revista medica The Lancet, la investigación indicó que cuánto más alta es la ingesta de bebidas carbonatadas o con azúcar, más se incrementa mayor el Indice de Masa Corporal y el riesgo de padecer de obesidad.
Los refrescos están compuestos básicamente de azúcares tales como sacarosa, glucosa, fructosa, por lo tanto son una fuente rápida y concentrada de energía, indicaron los expertos.
En este estudio se mostró una relación entre el incremento en el consumo de refrescos y la prevalencia de la obesidad hasta en un 34 por ciento.
Los investigadores indicaron que el consumo de un litro por día durante tres semanas se traduce en la ganancia de 1 kg. de peso; mientras que el consumir más de 500 ml. por día puede tener un efecto de desplazamiento de otros alimentos ocasionando un desequilibrio en la dieta, afectando la calidad de la alimentación y por lo tanto el estado de nutrición del niño.
Además de esto, advirtieron que el consumo de gaseosas también se relaciona con problemas bucales como las caries; así como desmineralización de los huesos, lo que puede condicionar una mala calcificación del hueso y osteoporosis en la edad adulta.
“Se ha asociado el comportamiento agresivo destructivo del niño con el consumo de azúcares. Existen evidencias de que en niños hiperactivos al disminuir el consumo de estos elementos en un 50 por ciento (eliminando colorantes, saborizantes artificiales y cafeína) mejora su comportamiento hasta en el 42 por ciento de los casos”, agregó el estudio.
Ante esta circunstancias, los expertos recomendaron que se incluya en la dieta de los niños muy pocas de estas bebidas y mayor cantidad de jugos naturales y agua; para así evitar que la salud del infante se perjudique.
Fuente.- telesurtv.net
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