La estrategia del gobierno federal para combatir la obesidad ha fracasado y significa miles de muertes, y el agravamiento de la crisis de las finanzas en el sector salud dado que con ello se ha provocado una epidemia de obesidad y diabetes, según información obtenida a través del Instituto Federal de Acceso a la Información (IFAI).
Según un comunicado de la organización El Poder del Cosumidor, en el documento “El fin del Acuerdo Nacional por la Salud Alimentaria (ANSA) y la necesidad de una Ley y Política Integral de combate a la Obesidad”, se solicitó a cada una de las 17 dependencias informes sobre los avances en los compromisos que firmaron en el ANSA. Como ejemplo, EPC se refirió a los informes de la Secretaría de Salud en los que manifiesta que no cumplió diversos compromisos por falta de recursos, misma respuesta que otras dependencias dieron a la solicitud de información.
Según el director de dicha organización, “la llamada estrategia para combatir la obesidad nació muerta por tratarse de un Acuerdo, de un instrumento que carece de vínculos a la legislación, que no cuenta con recursos financieros asignados, que no es obligatorio, que no establece sanciones ni seguimiento. El ANSA es un instrumento muy débil, como lo calificó el Relator Especial por el Derecho a la Alimentación de Naciones Unidas.
Alejandro Calvillo, Director de El Poder del Consumidor señaló que los 10 objetivos del ANSA son correctos, aunque falta en ellos la regulación de la publicidad de alimentos y bebidas dirigida a la infancia. Sin embargo, la falta de instrumentos para lograr estos objetivos los deja sólo como enunciados, apuntando tres ejemplos:
En el objetivo 2 se plantea: “aumentar la disponibilidad, accesibilidad y el consumo de agua simple potable”. No se ha implementado ningún programa para la introducción de bebederos en escuelas y espacios públicos. Los mexicanos seguimos siendo los mayores consumidores de refrescos y agua embotellada.
En el objetivo 4 se establece incrementar el consumo diario de frutas y verduras, leguminosas y cereales integrales. No se ha desarrollado ningún programa para facilitar la disponibilidad y acceso de la población a estos productos, al contrario, se ha permitido la especulación con sus precios.
Por último, en el objetivo 5, se propone: “mejorar la capacidad de decisiones informadas a través de un etiquetado útil”. Cofepris y Secretaría de Salud, al contrario, permitieron a las empresas implementar un nuevo etiquetado que, de acuerdo a un estudio del Instituto Nacional de Salud Pública, engaña a los consumidores.
Según un comunicado de la organización El Poder del Cosumidor, en el documento “El fin del Acuerdo Nacional por la Salud Alimentaria (ANSA) y la necesidad de una Ley y Política Integral de combate a la Obesidad”, se solicitó a cada una de las 17 dependencias informes sobre los avances en los compromisos que firmaron en el ANSA. Como ejemplo, EPC se refirió a los informes de la Secretaría de Salud en los que manifiesta que no cumplió diversos compromisos por falta de recursos, misma respuesta que otras dependencias dieron a la solicitud de información.
Según el director de dicha organización, “la llamada estrategia para combatir la obesidad nació muerta por tratarse de un Acuerdo, de un instrumento que carece de vínculos a la legislación, que no cuenta con recursos financieros asignados, que no es obligatorio, que no establece sanciones ni seguimiento. El ANSA es un instrumento muy débil, como lo calificó el Relator Especial por el Derecho a la Alimentación de Naciones Unidas.
Alejandro Calvillo, Director de El Poder del Consumidor señaló que los 10 objetivos del ANSA son correctos, aunque falta en ellos la regulación de la publicidad de alimentos y bebidas dirigida a la infancia. Sin embargo, la falta de instrumentos para lograr estos objetivos los deja sólo como enunciados, apuntando tres ejemplos:
En el objetivo 2 se plantea: “aumentar la disponibilidad, accesibilidad y el consumo de agua simple potable”. No se ha implementado ningún programa para la introducción de bebederos en escuelas y espacios públicos. Los mexicanos seguimos siendo los mayores consumidores de refrescos y agua embotellada.
En el objetivo 4 se establece incrementar el consumo diario de frutas y verduras, leguminosas y cereales integrales. No se ha desarrollado ningún programa para facilitar la disponibilidad y acceso de la población a estos productos, al contrario, se ha permitido la especulación con sus precios.
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Fuente.- animalpolitico.com
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