Todos los días vemos anuncios de lo importante que es tomar agua y si bien muchas personas lo han entendido y ahora lo intentan, no sabemos bien cuánta tomar y hay personas, sobre todo jovencitas que exageran su consumo, ya que entre otras cosas piensan que tomar agua ayuda a mantenerse delgadas, sin saber que esto es un grave riesgo para la salud.
El agua es un líquido vital y es el componente más abundante del cuerpo humano ya que representa más de la mitad del peso corporal.
El agua es un elemento vital sin el cuál el ser humano no puede vivir, forma parte de todos los órganos del cuerpo, y es, entre otras cosas, medio de trasporte de sustancias nutritivas y oxígeno a través de la sangre. Sin embargo, el cuerpo humano no está provisto para almacenar agua, y por ello la cantidad que se pierde diariamente debe reponerse para mantener el equilibrio corporal.
Se encuentra distribuida en los diferentes tejidos y órganos corporales como los huesos, músculos, la sangre y todos los fluidos corporales. Todos los procesos que se realizan en el organismo, digestión, absorción de alimentos, circulación, respiración, excreción y eliminación de sustancias tóxicas, se llevan a cabo gracias al agua, por ello es importante reponerla diariamente.
El agua se absorbe en el organismo en distintos tramos del tubo digestivo y son principalmente los riñones los que se encargan de eliminarla como parte de la orina. La concentración ideal de agua presente en el organismo tiene relación con la cantidad de electrólitos que se tengan, que son soluciones o sustancias disuelta que constan de diversos químicos que ayudan al funcionamiento del cuerpo como son el sodio, calcio, potasio, cloro, magnesio y bicarbonato entre otros.
La concentración de agua está equilibrada cuando se compensan las pérdidas diarias, y para ello, las personas sanas, con un funcionamiento normal de los riñones y que no transpiren excesivamente, deben tomar de un litro y medio de líquido a dos cada día, pero cuidado porque aunque es un líquido vital el consumo excesivo de agua, puede traer consecuencias fatales.
Entre los principales daños para la salud, derivados de la ingesta excesiva de agua se encuentra la alteración en el funcionamiento de los riñones, de la sangre y el equilibrio de los fluidos internos.
El exceso de agua en el organismo ayuda a que los minerales (sodio, potasio y magnesio) se diluyan con mayor rapidez en la sangre, provocando calambres, cansancio y pérdida de agilidad mental entre otros daños. Una de las situaciones más difíciles de revertir es cuando la sangre presenta niveles muy bajos de sodio en la sangre (hiponatremia).
El funcionamiento del cerebro se ve seriamente comprometido, es común la presencia de náuseas, dolores de cabeza muy intensos o letargia. Los casos más graves terminan en convulsiones, parálisis o, incluso, la muerte.
A pesar de que el volumen de agua en la sangre es muy poco, es fundamental para el correcto funcionamiento del cuerpo y debe mantenerse permanente y constante. Sin embargo hay funciones o situaciones que cuando se presentan provocan la eliminación de gran cantidad de agua lo que aumenta la necesidad de su consumo más de lo normal porque se pone en riesgo el equilibrio existente: diarrea, vómito, infecciones frecuentes, sudor excesivo, consumir una alimentación con exceso de sal, son algunos de los factores que hacen que el consumo de agua deba aumentarse.
Si bien, la cantidad de agua corporal requerida puede variar entre cada persona, la recomendación general de la Organización Mundial de la Salud es tomar dos litros de agua diariamente si se es adulto, además de la que se consume a través de los alimentos: caldos, leche, jugos, fruta, café, té, y otras bebidas, excederse en su consumo.
Pero entonces ¿cuánta agua debemos tomar para que no nos afecte? Todo depende de la edad y la actividad física que se realice, pero según expertos lo recomendable es lo siguiente:
Lactantes: 0 a 5 meses de edad: 250-850 ml/día. Proveniente de leche materna.
6 a 12 meses de edad: 900-1300 ml/día. Proveniente de leche materna, alimentos y bebidas adicionales.
Niños de 1 a 3 años: 1 Litro como bebidas totales, es decir incluyendo caldos, frutas y jugos.
De 4 a 8 años: 1.2 Litros como bebidas totales.
Hombres de 9 a 13 años: 2 Litros como bebidas totales y las mujeres 1.5 Litros como bebidas totales.
Hombres de los 14 a 18 años: 2.5 Litros como bebidas totales y las mujeres de 14 a 18 años 2 Litros como bebidas totales.
Adultos hombres de 19 a 50 años: hasta 3 Litros como bebidas totales y mujeres hasta 2 Litros como bebidas totales.
Mujeres embarazadas y en lactancia: Embarazo: 2.5 L como bebidas totales. Lactancia: 3 L como bebidas totales.
Adultos Mayores hombres: No más de 3 Litros como bebidas totales y la mujer 2 Litros como bebidas totales.
Fuente.- cronica.com.mx
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