Marshall Reid regresó de la escuela a su casa en Carolina del Norte, Estados Unidos, con una decisión tomada. "Me acerqué a mi mamá y le dije: '¿Sabes qué? Estoy harto'".
"Siempre tuve sobrepeso y en la escuela me molestaban constantemente", le dijo este niño de 12 años a la BBC. Marshall decidió empezar a comer porciones más acordes a su tamaño y, con la ayuda de su madre, creó un videoblog para compartir sus experiencias.
"Nos sentamos a pensar y se nos ocurrieron seis objetivos que podían ayudarme a alcanzar la meta principal: mantenerme sano", cuenta Marshall.
"Eran ideas simples, como comer comida de verdad, hacer ejercicio o ayudar en la cocina", explica este joven que ya ha bajado dos tallas de pantalón desde que puso en marcha su iniciativa.
Eso fue un hito para la familia Reid.
"Éste es el clásico ejemplo en el que los padres fallan. Y si mi hijo no se me hubiese acercado a hablar, hubiésemos continuado con un estilo de vida muy poco saludable y triste", dice Alex Reid, madre de Marshall.
"Creo que los niños necesitan hacerle frente a sus padres, a los vecinos, a la iglesia, a los clubes, en fin, a todo el mundo, y decirles que tienen derecho a sentirse mejor", agrega.
Marshall dedica ahora parte de su tiempo a mostrarle a los demás niños cómo una alimentación más saludable puede hacer que uno sea más feliz.
Niños a cargo
El de Marshall no es un caso aislado, él es uno de los muchos niños que se interesan por la salud y la nutrición, y comparten sus experiencias a través de la red.
Martha Payne, de 9 años edad, está llevando a cabo una campaña similar en Escocia. Gracias a su blog en el que publica fotos de la comida que le sirven en la escuela, la institución mejoró su menú.
Poco tiempo atrás se le prohibió continuar con su proyecto, pero el apoyo que recibió por internet forzó a las autoridades a dar marcha atrás en su decisión y Martha continúa con su bitácora.
¿Pero por qué ahora los niños parecen estar tan interesados en la comida?
"Creo que se están empezando a dar cuenta de que tienen una voz", dice la madre de Marshall.
"Quizá es eso, sumado a la conciencia que han generado programas como 'Revolución en la comida', del chef británico Jamie Oliver, o como la iniciativa de Michelle Obama 'Movámosnos'", agrega.
Los beneficios de las clases
El entusiasmo de estos niños corre a la par del de los adultos que hacen campaña por mejorar la alimentación en las instituciones educativas.
La organización británica sin fines de lucro "School Food Matters" (la comida de las escuelas es importante), trabaja para mejorar los servicios de alimentación en las escuelas de Richmond y Kingston, en el oeste de Londres.
Entre las actividades que llevan a cabo hay clases en las que enseñan a cocinar y otras que explican de dónde vienen los alimentos.
Un estudio realizado en Estados Unidos sobre los programas de educación alimentaria implementados en las escuelas concluyó que los niños que acuden a colegios que incluyen clases de cocina y demás asignaturas vinculadas a la producción de alimentos, tienen más herramientas para elegir una dieta más sana, una actitud más saludable respecto a la comida y mejores hábitos alimenticios en general.
Un Marshall diferente
Marshall Reid pone su granito de arena para mantener la atención del público sobre el tema.
Actualmente se encuentra de gira por 30 ciudades estadounidenses hablando sobre nutrición.
Pero quizá lo más importante de su campaña sea el efecto que los cambios en su dieta han tenido sobre su propia vida.
"Puedo pensar mejor, con más claridad, saco mejores notas en la escuela, soy más rápido y puedo correr distancias más largas".
Fuente.- bbc.com.uk
"Siempre tuve sobrepeso y en la escuela me molestaban constantemente", le dijo este niño de 12 años a la BBC. Marshall decidió empezar a comer porciones más acordes a su tamaño y, con la ayuda de su madre, creó un videoblog para compartir sus experiencias.
"Nos sentamos a pensar y se nos ocurrieron seis objetivos que podían ayudarme a alcanzar la meta principal: mantenerme sano", cuenta Marshall.
"Eran ideas simples, como comer comida de verdad, hacer ejercicio o ayudar en la cocina", explica este joven que ya ha bajado dos tallas de pantalón desde que puso en marcha su iniciativa.
Eso fue un hito para la familia Reid.
"Éste es el clásico ejemplo en el que los padres fallan. Y si mi hijo no se me hubiese acercado a hablar, hubiésemos continuado con un estilo de vida muy poco saludable y triste", dice Alex Reid, madre de Marshall.
"Creo que los niños necesitan hacerle frente a sus padres, a los vecinos, a la iglesia, a los clubes, en fin, a todo el mundo, y decirles que tienen derecho a sentirse mejor", agrega.
Marshall dedica ahora parte de su tiempo a mostrarle a los demás niños cómo una alimentación más saludable puede hacer que uno sea más feliz.
Niños a cargo
El de Marshall no es un caso aislado, él es uno de los muchos niños que se interesan por la salud y la nutrición, y comparten sus experiencias a través de la red.
Martha Payne, de 9 años edad, está llevando a cabo una campaña similar en Escocia. Gracias a su blog en el que publica fotos de la comida que le sirven en la escuela, la institución mejoró su menú.
Poco tiempo atrás se le prohibió continuar con su proyecto, pero el apoyo que recibió por internet forzó a las autoridades a dar marcha atrás en su decisión y Martha continúa con su bitácora.
¿Pero por qué ahora los niños parecen estar tan interesados en la comida?
"Creo que se están empezando a dar cuenta de que tienen una voz", dice la madre de Marshall.
"Quizá es eso, sumado a la conciencia que han generado programas como 'Revolución en la comida', del chef británico Jamie Oliver, o como la iniciativa de Michelle Obama 'Movámosnos'", agrega.
Los beneficios de las clases
El entusiasmo de estos niños corre a la par del de los adultos que hacen campaña por mejorar la alimentación en las instituciones educativas.
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Entre las actividades que llevan a cabo hay clases en las que enseñan a cocinar y otras que explican de dónde vienen los alimentos.
Un estudio realizado en Estados Unidos sobre los programas de educación alimentaria implementados en las escuelas concluyó que los niños que acuden a colegios que incluyen clases de cocina y demás asignaturas vinculadas a la producción de alimentos, tienen más herramientas para elegir una dieta más sana, una actitud más saludable respecto a la comida y mejores hábitos alimenticios en general.
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