domingo, 20 de noviembre de 2011

Trucos para evitar la "chatarra" en la dieta de tus hijos

Es domingo y ¿crees que estás destinado a llevar a los niños por una cajita llena de grasa y un juguete?

Toby Amidor recuerda claramente, aunque no con gusto, cómo su hijo moría de ganas de tomar una malteada de chocolate.

Amidor, madre de tres hijos, estaba pidiendo su orden en una pizzería cuando su hijo, Schoen, que en aquel entonces tenía 4 años, comenzó a hacer un berrinche porque ella quería que tomara agua con su comida y él quería una malteada. Su amigo estaba con ellos, y si su mamá sí lo dejó pedir un batido, ¿por qué él no podía?

“En verdad fue todo un espectáculo”, dice Amidor. “Fue vergonzoso, la gente se nos quedaba viendo”.

Una Cajita Feliz clásica de McDonalds, que consiste en una hamburguesa con queso, papas fritas y refresco, contiene 650 calorías. Los niños de preescolar deben ingerir cerca de 1,200 calorías al día, y un niño de primaria de consumir 1,600. Entonces, ese popular menú tiene más del doble de calorías que necesita consumir un niño de kínder en todo el día.

Cuando su hijo hizo el berrinche por la malteada, Amidor lo amenazó con terminar su reunión con su amigo, y lo dijo en serio. Incluso lo llevó a afuera para obtener toda su atención y le hizo saber que no estaba bromeando.

“Muchos padres ceden a las peticiones de sus hijos con mucha facilidad”, dijo Amidor, profesora adjunta en el Colegio de Maestros de la Universidad de Columbia y madre de tres niños pequeños.

Pero ese berrinche no disuadió a Amidor. Como dietista certificada y experta en nutrición para Food Network, no se iba a dejar manipular por un niño de preescolar.

“Lo saqué del restaurante y hablé seriamente con él”, dice Amidor, a quien no le agrada el contenido de azúcar de la bebida sabor chocolate, la cual contiene en promedio 400 calorías. “Le dije que si quería quedarse con su amigo, tenía que poner fin a su berrinche”.

Y funcionó. Schoen se calmó y rectificó su actitud, dice su madre.

Las empresas de alimentos procesados invierten miles de millones de dólares cada año para promocionar comida dulce y alta en grasas a los niños, por lo que es lógico que los padres tengan que sacar a sus hijos de los restaurantes para convencerlos de que deben comer comida saludable.

Es una lucha que los padres enfrentan con frecuencia. Según un nuevo estudio realizado por la Universidad de Yale, el 84% de los padres en Estados Unidos lleva a sus hijos a comer a restaurantes de comida rápida al menos una vez por semana.

Los investigadores analizaron más de 3,000 opciones de comida rápida en restaurantes de hamburguesas, pizzas, y demás locales enfocados en niños. Solamente 12 opciones pasaron la prueba de nutrición infantil.

Para que tu hijo (que en ocasiones puede ser un monstruo) ordene alimentos más sanos, debes conocer los trucos para convencerlo de dejar su pataleta y comer manzanas en vez de papas fritas.

¿Sobornarlos?

Kim Orlando, fundadora de TravelingMom.com, no se avergüenza al admitir que ofreció incentivos en efectivo para que sus tres hijos, de 8, 10 y 12 años de edad, comieran mejor en un viaje reciente alrededor de Estados Unidos.

“Me di cuenta de que si no hacía algo, sólo habrían comido nuggets de pollo y papas fritas desde Connecticut hasta California”, escribió en un correo electrónico.

“No quería discutir con ellos cada vez que nos deteníamos a comer, por lo que decidí sobornarlos. Les dije que si no comían NI UN SOLO nugget de pollo durante TODO el viaje, le daría 20 dólares a cada uno. Y funcionó de maravilla”.  
 
Una vez, de vez en cuando...

“Deja que coman todo lo que quieran, pero recuérdales que se trata de una ocasión especial”, recomienda Sandra Gordon, autora del libro Best Baby Products de Consumer Reports (Los mejores productos para bebés) y de un blog para mamás.

Ella sugiere aclararle a los pequeños: “Vinimos a Burger King sólo porque es tu cumpleaños, pero no regresaremos sino después de mucho tiempo”.

Sus hijos comenzaron a competir para ver quién encontraba la mejor alternativa. Darío, su hijo mayor, se enamoró de la ensalada César, Sofía se volvió la “reina de los sándwiches de tocino, lechuga y jitomate”, y su hijo menor, Romano, optó por la pasta.

Fuente: mexico.cnn.com

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