Dietas de Proteínas
Restringe el consumo de alimentos como cereales (integrales también), pan, pasta, arroz e incluso frutas, incrementando la ingesta de carne (sobre todo roja), aunque también pescado, mariscos y huevos. Se dice que la proteína sacia el hambre y nos ayudará a perder peso de forma sana, ganando músculo.
Pero tomar más proteínas de las necesarias resulta perjudicial. Según la Organización Mundial de la Salud, las dietas altas en proteínas no se consideran seguras. El consumo excesivo de carnes eleva el riesgo de desarrollar enfermedades cardiovasculares. Además la falta de fibra causa estreñimiento y favorece el desarrollo de cáncer de colon.
Pero tomar más proteínas de las necesarias resulta perjudicial. Según la Organización Mundial de la Salud, las dietas altas en proteínas no se consideran seguras. El consumo excesivo de carnes eleva el riesgo de desarrollar enfermedades cardiovasculares. Además la falta de fibra causa estreñimiento y favorece el desarrollo de cáncer de colon.
Dietas de choque
Se basan en un consumo diario de entre 450 y 800 kcal (normalmente en forma de barritas, batidos, snacks, etc.) Hacen perder mucho peso al principio como consecuencia de una restricción muy severa de lo que se puede comer.
La OMS las considera muy bajas en calorías y no efectivas a la hora de perder peso de forma definitiva. Estas dietas, aparte de no crearnos un hábito sano a la hora de alimentarnos, son peligrosas en personas que no padecen obesidad (con un índice de masa corporal inferior a 30), que lo único que desean es perder unos pocos kilos.
Dietas disociadas
Se pretende que conozcamos la composición de los alimentos que consumimos y los separemos en función de proteínas y carbohidratos para no mezclarlos en la misma comida (e incluso el mismo día) y así digerir cada cosa de forma independiente y mejor. Además casi todas prohíben tomar fruta después de la comida
Según la Fundación Española de Nutrición no existen indicios científicos de que el cuerpo no sea capaz de digerir a la vez y con eficacia proteínas y carbohidratos, o de que la fruta sea perjudicial después de comer. A parte de ser desequilibrada nutricionalmente, a largo plazo, al no haber educado nuestro hábito alimentario de forma correcta, seremos presa del “efecto rebote”.
Ayunos para adelgazar
Proponen unos días o semanas de ayuno o semi-ayuno para desintoxicar el organismo y permitir la pérdida de peso. Ten en cuenta que este peso que pierdes, al no ingerir la suficiente cantidad de alimentos, viene de tus músculos por lo que empezarás a gastar menos energía, que es precisamente lo que quema la grasa.
Pero además, cuando reducimos drásticamente el consumo de calorías habitual, el cuerpo detecta que “algo pasa” y activa mecanismos de ahorro de energía preparándose para una posible falta de alimentos. Esto provocará que no pierdas peso, y que incluso ganes algún kilo más.
Otros riesgos relacionados con la no ingesta de alimentos son las cefaleas, la halitosis, los mareos, la intolerancia al frío o la sequedad de la piel.
Fuente: Glamour.com
La OMS las considera muy bajas en calorías y no efectivas a la hora de perder peso de forma definitiva. Estas dietas, aparte de no crearnos un hábito sano a la hora de alimentarnos, son peligrosas en personas que no padecen obesidad (con un índice de masa corporal inferior a 30), que lo único que desean es perder unos pocos kilos.
Dietas disociadas
Se pretende que conozcamos la composición de los alimentos que consumimos y los separemos en función de proteínas y carbohidratos para no mezclarlos en la misma comida (e incluso el mismo día) y así digerir cada cosa de forma independiente y mejor. Además casi todas prohíben tomar fruta después de la comida
Según la Fundación Española de Nutrición no existen indicios científicos de que el cuerpo no sea capaz de digerir a la vez y con eficacia proteínas y carbohidratos, o de que la fruta sea perjudicial después de comer. A parte de ser desequilibrada nutricionalmente, a largo plazo, al no haber educado nuestro hábito alimentario de forma correcta, seremos presa del “efecto rebote”.
Ayunos para adelgazar
Proponen unos días o semanas de ayuno o semi-ayuno para desintoxicar el organismo y permitir la pérdida de peso. Ten en cuenta que este peso que pierdes, al no ingerir la suficiente cantidad de alimentos, viene de tus músculos por lo que empezarás a gastar menos energía, que es precisamente lo que quema la grasa.
Pero además, cuando reducimos drásticamente el consumo de calorías habitual, el cuerpo detecta que “algo pasa” y activa mecanismos de ahorro de energía preparándose para una posible falta de alimentos. Esto provocará que no pierdas peso, y que incluso ganes algún kilo más.
Otros riesgos relacionados con la no ingesta de alimentos son las cefaleas, la halitosis, los mareos, la intolerancia al frío o la sequedad de la piel.
Fuente: Glamour.com
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