domingo, 30 de noviembre de 2014

Obesidad, tan cara como la guerra

Recientes estudios sugieren que el costo que supone la obesidad para la economía global es prácticamente equivalente al causado por los conflictos armados y el tabaquismo.

Además, se dice que el costo es superior al generado por el alcoholismo y el cambio climático.

El estudio, realizado por la empresa de consultoría económica McKinsey Global Institute, dice que más de 2.100 millones de personas -alrededor de un tercio de la población mundial- tienen sobrepeso o están obesos.

La investigación calcula que el costo anual en términos de atención sanitaria y pérdida de días de trabajo es de 2 billones de dólares.

El informe concluye que limitar las porciones de alimentos y reformular la idea de los lugares de cómida rápida son medidas más eficaces que fijar impuestos en alimentos con grasa o campañas de salud pública.



jueves, 27 de noviembre de 2014

Consumo de refrescos acelera el envejecimiento

Tomar bebidas endulzadas quizás te quite algunas células de tu cuerpo y te hagan envejecer más rápido, sugiere un nuevo estudio.

El estudio, publicado esta semana en el American Journal of Public Health, concluye que el consumo de refrescos envejece prematuramente los glóbulos blancos.

Los investigadores en la Universidad de California en San Francisco informaron que las bebidas azucaradas quizás impacten la salud de estas células de glóbulos blancos en una escala que solamente se compara con el hábito de fumar, ya que las personas que toman refrescos con regularidad están en peligro de contraer diabetes, tener enfermedades del corazón e incluso puedan sufrir un infarto.

Los investigadores estudiaron las células de glóbulos blancos en adultos sanos, específicamente observando los cromosomas de los participantes al final del experimento, denominados telómeros.

Estos telómeros son esenciales para la división de células y se vuelven más cortos con el correr del tiempo. Cuando un telómero queda muy pequeño, la célula muere. Por ende, los científicos creen que telómeros más largos significan que una persona está más saludable y se ve más joven, mientras que los más cortos significan lo contrario, cuando una persona envejece más rápido.

Los investigadores observaron información de la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición de 1999 a 2002 en Estados Unidos, que incluía información del nivel de consumo de refrescos y bebidas endulzadas de los participantes, así como refresco de dieta y consumo de jugo de frutas.

Al controlar la obesidad, se encontró que el consumo de refresco fue asociado con telómeros más cortos, pero no hubo un vínculo entre la extensión de un telómero y el refresco de dieta. Entre tanto, el consumo de jugo de fruta 100% natural fue asociado con telómeros un poco más largos.

Uno en cada cinco adultos en el estudio admitieron tomar hasta 20 onzas de refresco cada día. Este consumo diario podría equivaler a 4.6 años de envejecimiento prematuro, según el estudio.

La Asociación Estadounidense para el Corazón dijo que la mejor manera para mantener un peso sano y reducir el riesgo de enfermedades del corazón es limitar la azúcar adicional a no más de 150 calorías por día para los hombres y unas 100 calorías para las mujeres. Una lata de refresco tiene de 140 a 170 calorías y unos 40 gramos de azúcar.

Fuente.- cnn.com

martes, 25 de noviembre de 2014

Dieta mediterránea, alternativa contra la obesidad

La dieta mediterránea se alzó como sólida alternativa a la malnutrición y la obesidad, por beneficiosa al basarse en alimentos frescos y evitar grasas saturadas, en la Segunda Conferencia Internacional sobre Nutrición (CIN2) celebrada esta semana en Roma.

Se trata de una dieta equilibrada, compuesta por alimentos naturales y sanos, basada principalmente en ingredientes de origen vegetal, como cereales, aceite de oliva, frutas y verduras o vino, aunque también incluye carne y lácteos bajos en grasas.

Unas virtudes reconocidas por la Unesco, que la considera un bien Patrimonio Inmaterial de la Humanidad y ensalzadas por la Reina Letizia en su discurso pronunciado en la FAO ante 170 representantes internacionales.

"La dieta mediterránea tradicional es una dieta sana", explicó a Efe el director de Nutrición de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Francesco Branca, que además de los ingredientes saludables destacó el particular modo de comer de los países mediterráneos, con varias personas conversando en torno a una mesa y que se ven unidas por una "cultura gastronómica común".

Una dieta sana es, para la OMS, la mejor manera de luchar contra todas las formas de malnutrición, que amenazan la salud pública a nivel mundial.

De hecho, el motivo de estudiar la dieta mediterránea fue que, alrededor de la década de los cincuenta del pasado siglo, diferentes expertos internacionales quisieron ahondar en las razones por las que los países mediterráneos tenían menos enfermedades cardíacas y que resultaron estar en el generalizado uso del aceite de oliva.

La grasa principal es el aceite de oliva, el ingrediente que marca la diferencia de esta dieta y es que las culturas del mar Mediterráneo utilizan el "oro líquido" en lugar de otras grasas saturadas, un ingrediente que tiene una calidad mayor y mantiene bajo control los riesgos cardiovasculares.

El vino, considerado como la bebida histórica del Mediterráneo, es el acompañamiento natural del menú típico del sur de Europa, una bebida "nutriente, antioxidante, purgante y diurética" que consumían tradicionalmente los campesinos en sus comidas.

El distintivo del vino incluido en esta dieta, que suele ser tinto, es su baja graduación de alcohol y "el modo en que se consume", de manera natural junto con la comida, como una parte más del menú.

Además de ser naturales, los alimentos de la dieta Mediterránea, que fundamentalmente se considera propia de España, Italia, Grecia y Marruecos, son "mínimamente procesados", los azúcares no son refinados y la carne se consume de manera poco frecuente, normalmente una vez a la semana.

Unos hábitos alimenticios que, sin embargo, eran propios de los años cincuenta pero no lo son tanto actualmente.

Hoy en día, la OMS sostiene que la gente consume comida con demasiada carga calórica, grasas saturadas y trans, con exceso de azúcar y sal y con escasez de frutas, verduras y fibra.

Fuente.- elhorizante.mx